El primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, reconoció que el crecimiento económico del país se ralentizará en 2025 a consecuencia de las medidas tomadas por el Banco Central de Rusia (BCR) para frenar la creciente inflación.
"Probablemente no tengamos un crecimiento tan significativo de la economía el año que viene", afirmó en una reunión en el Kremlin con el presidente ruso, Vladímir Putin.
Mishustin vinculó esta caída a los altos tipos de interés impuestos por el BCR, que alcanzaron en septiembre pasado el nivel récord de 21 %, pero señaló que "es muy importante detener la inflación".
A su vez, calificó como una tarea prioritaria "conformar junto al BCR una política presupuestaria y macroeconómica muy responsable".
Todo ello con el fin de "garantizar de un modo absolutamente preciso el crecimiento económico a largo plazo sobre la base de una situación macroeconómica estable".
El jefe del Gobierno señaló que el año pasado la economía rusa creció un 4,1 %, un 0,2 % más de lo previsto inicialmente, pero admitió que "es absolutamente evidente que el principal reto es la inflación, que fue de un 9,52 %".
"Sin embargo, el conjunto de las medidas en materia de política monetaria y crediticia ya aprobadas comenzaron a ralentizar el volumen de créditos en el país", sostuvo, al indicar que "los niveles de inflación bajan por sexto mes consecutivo".
Reconoció que las medidas del BCR "crean las premisas necesarias para la reducción de los precios, pero que inevitablemente pueden conducir a una ralentización de la economía".
Insistió en la importancia de "crear en todos lados, en todas las regiones del país, nuevas empresas, nuevos empleos".
Según todos los expertos, la economía rusa sentirá este año más que nunca los efectos de tres años de sanciones internacionales por la campaña militar en Ucrania.
EFE / Noticias Venevision