El fervor por la llegada de Leo Messi se trasladó este miércoles del aeropuerto y el estadio a la tienda en la que se vendió su camiseta con el número 30 en el dorso. Hubo aficionados que llegaron pasada la medianoche para esperar su turno y no perderse un momento que, según dijeron, es histórico.
El reciente fichaje del jugador por el PSG por dos temporadas más una opcional supone para este joven la unión de sus dos pasiones: «Messi la primera y el PSG la segunda. Están casi al mismo nivel», cuenta expectante.
Haber llegado temprano le permitió ver cómo los trabajadores forraban la fachada de la tienda con la imagen del argentino, en sustitución de las de otras dos grandes estrellas del club: Mbappé y Marquinhos.
La gente también se congregó este miércoles en los alrededores del Parque de los Príncipes, donde Messi compareció por primera vez ante la prensa, acompañado por su presidente, Nasser Al-Khelaifi, como nuevo jugador del PSG.
La fuerte multitud que se juntó a las afueras del campo provocó algunos momentos de tensión. Hubo empujones y algunos ultras lanzaron bengalas y petardos. La policía intervino con gas pimienta y la seguridad del club, según pudo comprobar EFE, medió entre ambas partes para evitar que la situación fuera a más.
EFE