Casi seis años después de su última convocatoria con Francia, Karim Benzema regresará a la selección para disputar la Eurocopa, tras un duro desencuentro con el seleccionador, Didier Deschamps, obligado a reintegrarle por la fantástica temporada del atacante del Real Madrid.
Sus decisivos goles de blanco han forzado la puerta de una selección que se mantenía cerrada desde que una juez lo encausara en un intento de chantaje con un vídeo de contenido sexual a su excompañero de selección Mathieu Valbuena.
A base de goles, 22 esta temporada, Benzema no sólo se ha convertido en el jugador más importante del actual Real Madrid. También ha obligado a Deschamps a revisar el veto que le impuso por aquel escándalo y por las posteriores declaraciones del francés.
El seleccionador, el primero que encadena con Francia cuatro fases finales, quiere garantías para alzarse con una Eurocopa excepcional tres años después de haber llevado a los «bleus» a su segundo Mundial, en Rusia.
El ataque no es la línea más escasa de Francia, pero la lesión de Anthony Martial y el poco rodaje de Olivier Giroud, relegado al banquillo del Chelsea, dejan al técnico pocas opciones para el puesto de «9».
Una posición muy querida por el seleccionador, que incluso ha probado en esa posición a Kylian Mbappé, pero el jugador del París Saint-Germain no ha convencido en ese puesto, donde pierde eficacia su potencia en carrera.
En ese contexto, el seleccionador tenía problemas para privar a la campeona del mundo de uno de los mejores «9» del año, a riesgo de que su retorno al vestuario pueda crear algunos roces.
El primero con el propio técnico, a quien Benzema acusó de haber cedido «a las presiones de una parte racista de Francia» cuando le dejó fuera del grupo que disputó la Eurocopa de 2016.
Aquella palabras, que motivaron que la casa de vacaciones que Deschamps tiene cerca de Biarritz apareciera con pintadas, generaron la cólera del seleccionador, que hizo una cruz a Benzema.
El jugador del Real Madrid tampoco se mostró amable con Giroud, a quien en las redes sociales acusó de ser «un kart» mientras él mismo se atribuía las características de «un Fórmula Uno».
APOYOS EN EL VESTUARIO
Pero en el vestuario, el madridista también encontrará apoyos, como el de su compañero Raphaël Varane, o los de Antoine Griezmann y Mbappé, deseosos de jugar junto a un punta de su talla.
Queda por ver si los goles con el Real Madrid han cambiado la imagen que el jugador tiene entre los aficionados.
Benzema no siempre ha gozado del aplauso de la grada francesa, que, como le sucedió en su club, perdía la paciencia ante su sequía goleadora.
Considerado como un atacante de apoyo más que como un goleador, el propio Deschamps lo defendió hasta la extenuación, y lo convirtió en su jugador más utilizado incluso cuando el jugador acumuló una sequía de 1.222 minutos sin marcar entre junio de 2012 y octubre de 2013.
Dos años más tarde estalló el escándalo Valbuena, con Benzema convidado de excepción, imputado por complicidad de chantaje y que no ha logrado escapar a la justicia.
A partir de entonces, Deschamps le dejó fuera de la selección y las declaraciones del jugador distanciaron a ambos.
En las últimas semanas ambos han hablado, según el seleccionador, que aseguró dejar de lado su «situación personal en beneficio del interés de la selección».
RECONCILIACIÓN
Francia no lo echó de menos. En 2016 alcanzó la final de la Eurocopa en su casa, y dos años más tarde levantó la Copa del Mundo.
Mientras eclosionaban nombres como Griezmann y Mbappé, el madridista veía alejarse sus opciones de regresar a la selección.
La salida de Cristiano Ronaldo del Real Madrid y el regreso de Zinedine Zidane al banquillo blanco cambiaron las cosas. Propulsado al rol de goleador, Benzema ha respondido con dos temporadas impresionantes que le colocaron en posición de fuerza para regresar a una Francia con la que todavía no ha ganado un título.
Al menos por unos meses, el país olvidará que el jugador tiene pendiente una cita con la justicia, entre el 20 y el 22 de octubre próximo, por el que puede ser condenado hasta a 5 años de prisión y 75.000 euros de multa.
Mientras, Benzama puede reconciliarse con su país si contribuye a conducirle a la victoria en la Eurocopa.
EFE