Rusia dejó claro este viernes en la ONU que se opone a prorrogar el suministro de ayuda humanitaria desde Turquía al último bastión opositor del norte de Siria, un mecanismo que en los últimos años ya ha sufrido recortes muy importantes y que expira el próximo julio.
Moscú ya abogó en los últimos años por cerrar esta operación gestionada por Naciones Unidas, pero a última hora siempre terminó por aceptar un compromiso para mantenerlo abierto, aunque cada vez con más limitaciones.
El embajador adjunto ruso, Dmitry Polyanskiy, aseguró durante una reunión del Consejo de Seguridad que su país no ve "razones para preservar el mecanismo transfronterizo".