La embajada griega en Ucrania reabrió sus puertas con Manolis Andrulakis, el último diplomático europeo en abandonar la asediada Mariúpol tras el estallido del conflicto con Rusia, al frente de la delegación como encargado de negocios.
«En un gesto de alto simbolismo, la bandera griega vuelve a ondear hoy en Kiev», anunció el ministro de Asuntos Exteriores, Nikos Dendias, tras una reunión con su homóloga de Kenia, Raychelle Omamo.
Andrulakis ejerció como cónsul general en la ciudad ucraniana de Mariúpol hasta el 15 de marzo, donde coordinó seis operaciones de evacuación de los ucranianos de raíces griegas que viven en la región.
Más de 100 mil ucranianos de etnia griega residen en la zona que rodea esta ciudad, muchos de los cuales están ahí instalados desde hace siglos, pero conservan su idioma griego, como también sus tradiciones.
Andrulakis, de 41 años, se licenció en Salónica en Estudios Eslavos, Orientales y de los Balcanes e hizo un postgrado en literatura rusa.
Entró en el cuerpo diplomático en 2008 y desde entonces ha servido en Kazajistán y en el consulado de Atlanta (Estados Unidos).
EFE