Los antimicrobianos son sustancias químicas que destruyen e inhiben el crecimiento de los microbios; atacan a las bacterias, hongos y parásitos, pueden detener las enfermedades que causan, sin embargo, llegan a hacer más mal que bien cuando no se utilizan apropiadamente.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió que su uso excesivo para tratar los casos de la COVID-19 puede tener consecuencias, y estar asociado a la resistencia antimicrobiana (RAM).
La OPS indicó que entre los utilizados en al menos 90% de los pacientes hospitalizados por la pandemia destacan la ivermectina, azitromicina y cloroquina, lo que se traduce en algo potencialmente grave que puede ocasionar la pérdida de medicamentos de los que se depende para tratar las Infecciones más frecuentes.
Los especialistas señalan que, aunque es una infección vírica originada por el Sars-Cov2, hay pacientes con coinfección o sobreinfección bacteriana para los que, solo en esos casos, es necesario un tratamiento antibiótico, quiere decir, que su uso racional en pacientes con el virus, o no, es importante para prevenir el desarrollo de resistencias antimicrobianos.