Un proceso decisivo en el desarrollo temprano del embrión humano es la gastrulación que, hasta ahora, no se había estudiado directamente y cuyo primer examen celular y molecular detallado se describe hoy en Nature.
El proceso de gastrulación comienza aproximadamente catorce días después de la fecundación y se prolonga algo más de una semana. Entenderlo es fundamental para descubrir las causas de enfermedades congénitas, de los abortos tempranos o de la infertilidad.
Sin embargo, hasta ahora su conocimiento se ha limitado, en gran medida, a los modelos experimentales.
Los resultados de la investigación liderada por la Universidad de Oxford ofrecen una visión de esa etapa a partir del estudio de un único embrión humano, pues es difícil obtenerlos en esa fase de desarrollo, en parte porque normas internacionales solo permiten su cultivo hasta los catorce días y porque muchas mujeres no saben que están embarazadas en una fase tan temprana.
El equipo, encabezado por Shankar Srinivas, analizó un único embrión humano en una fase correspondiente a entre dieciséis y diecinueve días después de la fecundación, que fue donado a la investigación tras una interrupción voluntaria del embarazo.
El trabajo proporciona una descripción detallada de los tipos de células presentes y de los genes que expresan, haciendo comparaciones con modelos experimentales.
En ese momento del desarrollo del embrión humano, los autores detectaron, entre otras, células germinales primordiales (células precursoras que dan lugar a óvulos o espermatozoides) y las primeras células progenitoras de un rudimentario sistema sanguíneo.
Además, descubrieron que la especificación celular del sistema nervioso aún no había comenzado en esta fase del desarrollo.
El trabajo se basó en el estudio de un solo embrión, por lo que no se puede saber hasta qué punto es representativo, pero los autores consideran que los resultados proporcionan un nuevo contexto para interpretar los experimentos en otros sistemas modelo.
Al comentar la importancia de este estudio, el profesor Darren Griffin, de la Universidad de Kent (Reino Unido), destacó que marca “un hito” en el que muchos basarán sus futuros hallazgos.
Aunque habrá que seguir validando los resultados, para Peter Rugg-Gunn, del Instituto Babraham (Reino Unido), este trabajo dará lugar a modelos experimentales más precisos y útiles.
Además, aporta “nuevos e importantes” conocimientos sobre cómo se forman y posicionan los primeros linajes celulares en el embrión en desarrollo, una información que proporcionará nuevas pistas para entender por qué estos procesos a veces van mal durante el embarazo, lo que pude dar lugar a defectos de desarrollo en algunos bebés.
EFE