Al final del año, se puede ver el impacto de casi 12 meses de trabajo y responsabilidad. El final de los años escolares, los horarios de trabajo y las vacaciones son factores que se suman a la sensación de estrés.
La respuesta natural del cuerpo no siempre es mala. En situaciones peligrosas, el estrés puede ayudarnos a tomar decisiones y tomar medidas para salvar nuestras vidas.
Pero si no es así, podría afectar nuestra salud a diario e incluso a largo plazo. Cuando el cuerpo no vuelve a su ritmo normal, puede provocar problemas digestivos, cardiovasculares, reproductivos y del sueño.
El estrés produce diversos grados de cambio en la forma en que se siente, la forma en que reacciona su cuerpo y la forma en que actúa.
Según Mental Health England, el estrés puede generar en tu cuerpo: ansiedad, depresión, enojo, tristeza, irritabilidad, frustración o incluso miedo.
Tú carácter también puede verse afectado. Puedes ser más sensible y se puede encontrar llorando en situaciones que no le han afectado antes; o más irritable, o puede fumar o beber más de lo habitual.
El cuerpo también reacciona. La salud mental indica que el cuerpo puede sentir lo siguiente:
Si lo cree así y tiene mucho dolor, hay una variedad de técnicas que le ayudarán a mejorar su malestar. Entre las actividades o tratamientos ambulatorios, debe encontrar el que mejor se adapte a sus necesidades.
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