El uso creciente de productos alimenticios de origen vegetal como alternativa a fuentes de iodo como la leche y derivados y el pescado contribuye a una ingesta deficiente de ese elemento, apuntó la oficina regional europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
OMS-Europa advirtió de que el descenso del consumo de productos lácteos entre jóvenes y adultos aumenta el riesgo de la carencia de iodo y, a su vez, de problemas para la salud, en especial para mujeres embarazadas, que tienen mayores necesidades de este elemento químico
El informe publicado conjuntamente por la Red Global del Iodo resaltó también que alimentos no producidos o cocinados en los hogares como el pan o la comida preparada son la principal fuente de sal en la dieta occidental.
Estudios recientes revelan que, por ejemplo, en Alemania sólo el 9 % de la sal en productos procesados era yodada, porcentaje que aumenta al 34 % en Suiza.
De ahí que la OMS recomiende entre otras medidas impulsar políticas para el uso obligatorio de sal yodada en ese tipo de alimentos.
La deficiencia de iodo aumenta la frecuencia de transtornos tiroideos prevenibles, entre ellos el hipertiroidismo, que a su vez incrementa el riesgo de sufrir arritmias cardíacas, osteoporosis y deterioro cognitivo.
EFE |NoticiasVenevisión