La esquizofrenia es una enfermedad grave que afecta al 1 % de la población y reduce hasta 20 años la esperanza de vida por la comorbilidad con otras enfermedades, como las cardiovasculares, y por el suicidio; hasta un 10 % de los pacientes intenta quitarse la vida y un 5 % lo consigue.
Así lo ha explicado el director de la unidad de esquizofrenia del hospital Clínic de Barcelona, Eduard Parellada, en una rueda de prensa en la que se ha presentado el primer antipsicótico y único tratamiento inyectable para la esquizofrenia.
Un tratamiento que ha recibido el visto bueno del Ministerio de Sanidad, y que tiene como novedad que su administración solo es necesaria dos veces al año.
Este antipsicótico de acción prolongada (Byannli) de la farmacéutica Janssen coloca a la psiquiatría en la vanguardia ya que se convierte en la primera especialidad que tiene un fármaco con un decalaje de administración tan largo, de carácter semestral, y con esa dosis se mantiene a los pacientes estables.
Este especialista también se ha referido al estigma de la enfermedad y al hecho de que el paciente esquizofrénico rechaza su enfermedad y el propio tratamiento psicofarmacológico.
En la presentación de este medicamento para el control de la esquizofrenia, ha participado la catedrática de Psiquiatría de la Universidad de Oviedo e investigadora del Centro de Investigación Biomédica en la Red de Salud Mental (CIBERSAM), Paz García-Portilla.
La psiquiatra ha agradecido a la administración sanitaria que en estos tiempos de "crisis y recortes" haya apostado fuerte por aprobar este fármaco y ponerlo a disposición de los psiquiatras y pacientes que lo necesiten.