Las emociones son respuestas psicofisiológicas frente a situaciones relevantes que implican peligro, amenaza, daño, pérdida, éxito, novedad, beneficio o desafío; y producen cambios, tanto en lo que sentimos -incluidas las sensaciones físicas- como en lo que se hace.
Continuamente se puede responder frente a estas situaciones que generan reacciones emocionales intensas; pero si se mantienen estas presiones a mediano plazo, es posible que surjan dificultades en el manejo de las emociones resultantes. Esta situación es la que puede contribuir en el inicio, desarrollo o mantenimiento de problemas de salud.
Emociones como ansiedad, tristeza e ira se tornan desadaptativas cuando ocurren de manera frecuente, intensa y se mantienen en el tiempo. Esto suele generar cambios en la forma como cada quien se comporta, aumentando el riesgo de adquirir hábitos perjudiciales para la salud, como por ejemplo las adicciones.
La psicóloga Nancy Marchan indica: “Una investigación sugiere que cuando las reacciones emocionales mantienen niveles de activación fisiológica intensos, podrían deteriorar la salud si se hacen crónicas. Las disfunciones fisiológicas consecuentes serían: arritmias, aumento crónico de la presión arterial, dispepsias, dermatitis, dolor muscular, etc. Así, los pacientes con arritmias, hipertensión esencial, cefaleas crónicas, o diversos tipos de dermatitis, presentan niveles más altos de ansiedad, ira y activación fisiológica que la población general”.
Se ha estudiado la relación entre las afecciones de la piel y las emociones. Según las investigaciones, se calcula que entre 30 a 40% de los pacientes que buscan tratamiento para alguna enfermedad cutánea, tienen un problema psicológico o psiquiátrico que puede causar o exacerbar el problema. Tales factores están relacionados usualmente con el estrés, depresión y ansiedad, lo que se describen como “Factores psicológicos que afectan a otras afecciones médicas”.
En la Dermatología, las afecciones cutáneas tienen íntima relación con los estados de ánimo; sobre todo en enfermedades localizadas en cara, cuello, manos y zona genital. Dentro de estas afecciones está el acné, rosácea, psoriasis, vitiligo, alopecia, areata, dermatitis atópica, los hemangiomas, las ictiosis el albinismo, entre otras.
“Si bien la piel cumple funciones múltiples de barrera, termorregulación, foto protección, metabólicas, endocrinas, defensa contra microbios y agentes tóxicos; una de las funciones más relevantes es el de la comunicación social y sexual. Se debe estar atento a las repercusiones de estas enfermedades en la Autoestima, estrés, ansiedad, depresión y trabajar en conjunto con Psicólogo o Psiquiatra porque hay enfermedades cutáneas secundarias a trastornos Psiquiátricos”, comenta el Dr. Luis González Aveledo, dermatólogo y pediatra.