Un estudio llevado a cabo en Brasil analizó los datos de 701 pacientes tratados por Covid-19, moderado o grave, en el Hospital das Clínicas entre marzo y agosto del 2020, determinó que luego del alta hospitalaria aquellos que sufrieron de pérdida de olfato y gusto luego de pasar por el virus, obtuvieron los peores resultados en los test cognitivos, particularmente en los concernientes a la memoria.
Uno de los autores del estudio publicado en la revista científica European Archives of Psychiatry and Clinical Neuroscience, otorrinolaringólogo Fábio Pinna, apuntó al nexo del olfato con experiencias pasadas.
“El olor de un pastel puede evocar recuerdos de una abuela, por ejemplo. En términos de conexiones cerebrales, el olfato interactúa de forma mucho más sólida con la memoria que con la vista y el oído”, expresó.
La estancia media de los pacientes analizados fue de 17,6 días, y la media de edad era de 55,3 años.
La reducción del gusto moderado o severo fue una de las secuelas sensoriales más frecuentes (20%), seguido de un déficit olfativo moderado o severo (18%), un déficit moderado o severo tanto del olfato como del gusto (11%), y la parosmia (9%), que es el término que recoge las distorsiones del olfato en general.
De hecho, uno de los trastornos que más llamaron la atención fue que había 12 participantes que declaraban haber tenido alucinaciones olfativas (fantosmia), es decir, percibir olores que otros desconocían, mientras que 9 participantes señalaron haber sufrido alucinaciones gustativas, que es percibir sabores sin comer nada. En cualquiera de estos 21 casos, este síntoma apareció después de haber pasado el Covid.
“No encontramos ningún síntoma psiquiátrico [como la ansiedad o la depresión] que se asociara con la pérdida del olfato y del gusto, pero como era de esperar observamos que la atención y la memoria episódica estaban más deterioradas en los pacientes con más alteraciones quimiosensoriales”, concluyó otro autor del estudio, Rodolfo Damiano.
Noticiero Venevisión / MD