Las uñas son un reflejo de nuestra salud. Se encargan de proteger los extremos de los dedos de las manos y los pies y permiten que los dedos realicen actividades como rascar o recoger objetos. Están formadas por la placa de la uña (la parte más dura de la uña y la parte que se puede ver) y el tejido que se encuentra debajo de la placa de la uña.
Son una parte más de nuestro cuerpo y reciben sangre y nutrición a través del mismo. Según explica la Sociedad Americana contra el Cáncer, las uñas están unidas al cuerpo por el lecho ungueal que es como una raíz y recibe nutrientes para mantener las uñas sanas y permitir que se formen y crezcan nuevas células ungueales. Es decir, este proceso facilita que se regeneren de forma natural.
Diez consejos para mantener unas uñas sanas
Los cambios en las uñas pueden indicar un problema creciente. Por eso, es importante cuidarlas, apunta la Academia Estadounidense de Dermatología (AAD, por sus siglas en inglés). Solo hace falta sacar un rato diario o semanal para ello. Y el esfuerzo no será en vano.
Estos dermatólogos ofrecen algunos consejos para mantener las uñas sanas:
- Mantener las uñas limpias y secas.
- Cortar las uñas en línea recta, redondeando ligeramente las uñas en las puntas para obtener la máxima resistencia. Para una mejor terminación, se puede usar unas tijeras o un cortaúñas.
- Mantener las uñas en forma y libres de enganches limando las puntas con una lima.
- Nada de nervios ni de morder las uñas, porque corremos el riesgo de quitar la cutícula. Y eso puede dañar la zona.
- No usar las uñas como una herramienta. Por ejemplo, para abrir latas de refrescos.
- Cortar las uñas de los pies con regularidad. Mantenerlas cortas minimizará el riesgo de traumatismos y lesiones.
- En el caso de que las uñas de los pies sean gruesas y difíciles de cortar, los dermatólogos estadounidenses recomiendas ablandarlas con baños de agua tibia y sal. Las medidas y los tiempos que dan: una cucharadita de sal por litro de agua y dejar en remojo durante 5 a 10 minutos.
- No quitar las uñas encarnadas de los pies, especialmente si están infectadas y doloridas. En ese caso, lo mejor es consultar a un dermatólogo para recibir tratamiento.
- Usar zapatos que se ajusten bien al pie.
- Usar chanclas en la piscina y en las duchas públicas, un pequeño gesto que reduce el riesgo de infecciones causadas por un hongo que puede entrar en las uñas de los pies.
Problamas de uñas más frecuentes
Hay que estar atento a cualquier cambio en las uñas: color, hinchazón, dolor, debilidad, forma… Por ejemplo, las variaciones en el color de las uñas son comunes. Las uñas amarillas a menudo son causadas por hongos en las uñas. En algunos casos, pueden indicar algo más grave, como una enfermedad pulmonar, señalan los Institutos Nacionales de la Salud (NIH, por sus siglas en inglés).
De entre todos los problemas, la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) señala algunos de los más comunes: separación por capas o onicosquisis lamelar, que se produce a partir de los 50 o 60 años por un exceso de lavado de manos; color amarillento por al abuso de lacas; infecciones por hongos o bacterias; uñas encarnadas; o microtraumatismos, que provocan la aparición de rayas violáceas o amarillentas
Con información de VidaE/Mundo Deportivo