El puttering consiste en realizar pequeñas actividades o tareas simples de manera relajada y espontánea. Es decir, sin perseguir un objetivo claro ni preocuparse por la eficiencia.
Reorganizar un estante, regar las plantas o preparar un desayuno pausado son ejemplos de cómo esta actividad permite disfrutar del presente y desacelerar en la vida cotidiana. Se dice que es un «vacío programado», en el que dejamos de lado las exigencias de la productividad para priorizar el bienestar mental y emocional.
Aunque simple, el puttering tiene un impacto significativo. Proporciona un espacio para desconectar del estrés, recargar energías y encontrarse con uno mismo. Así lo aprovecha Bezos, quien dedica una hora de cada mañana a solo caminar por su casa. O King, que se toma descansos para ordenar su escritorio.
¿Cuáles son los beneficios del puttering?
Al dedicar tiempo a realizar pequeñas tareas de forma relajada, se fomenta un equilibrio entre mente y cuerpo. El puttering se ha vinculado con mejoras en la salud mental, la creatividad y la capacidad de tomar decisiones.
Reduce el estrés
Enfocarte en tareas pequeñas y relajadas reduce el estrés. Activan el sistema nervioso parasimpático, responsable de promover la calma, mientras reducen la activación del sistema nervioso simpático.
Las pausas bajan los niveles de cortisol. Además, te brindan la oportunidad de desconectar de las exigencias externas y enfocarte en el momento presente. Lo que haces es decirle a tu mente que no todo tiene que ser urgente.
Fomenta la creatividad
Al permitir que la mente divague, mientras el cuerpo se ocupa de tareas ligeras, se crea una calma que fomenta la creatividad. El estado mental que se logra se conoce como «incubación creativa» y es ideal para generar soluciones innovadoras y conceptos originales.
Muchas personas descubren que, mientras realizan actividades aburridas o repetitivas, como doblar la ropa o lavar los platos, surgen momentos de creatividad. La mente se desconecta de las preocupaciones habituales y vaga con libertad.
Estimula al cerebro
El puttering no solo ayuda a relajar la mente, sino que también ejerce un impacto positivo en el cerebro. Las actividades ligeras que no demandan alta concentración activan la red de modo por defecto (DMN). Es un circuito cerebral asociado con la memoria, la introspección y la resolución de problemas.
Además, las pausas ligeras ayudan a desarrollar una mayor consciencia de uno mismo. La claridad mental podrá traducirse en mejores decisiones, gracias a una perspectiva más objetiva.
Recarga las emociones
Tomarte un tiempo para realizar actividades sencillas sin presión, te permite desconectar de las urgencias diarias y recargar tus emociones. Al reducir el ritmo, creas un espacio en el que puedes procesar tus pensamientos y sentimientos, lo que te prepara para enfrentar los desafíos con una actitud más positiva y equilibrada. Se disminuye la sensación de agotamiento emocional y, en definitiva, es una forma de autocuidado.
¿Cómo aplicar el puttering en tu día a día?
Incorporar el puttering en la rutina puede parecer un desafío. En especial, si estás acostumbrado a un ritmo acelerado.
Sin embargo, no se trata de cambiar de manera radical tu estilo de vida, sino de introducir pequeños momentos de calma que te ayuden a reducir el estrés, mejorar tu concentración y disfrutar más de lo cotidiano. A continuación, te compartimos consejos prácticos para hacerlo.
- Comienza cada mañana con calma
Incluir momentos de tranquilidad en tu rutina matutina puede marcar una gran diferencia en tu bienestar. Antes de lanzarte a las actividades programadas, dedica unos 30 minutos a realizar, de forma pausada, algo que disfrutes.
Prepara y saborea una taza de café, lee el fragmento de un libro o haz journaling. Incluso, puedes usar este tiempo para establecer intenciones o reflexionar sobre lo que esperas lograr, pero sin convertirlo en una lista de obligaciones.
- Reserva tiempo sin objetivos específicos
En un mundo lleno de agendas apretadas, reservar un momento para actividades sin un propósito definido puede parecer extraño, pero es esencial. Dedica un bloque de tiempo diario o semanal para no planear nada en particular. Evita, a su vez, la tentación de estructurarlo o llenarlo de compromisos.
Lo importante es que este tiempo sea un refugio de calma. Si lo haces por la mañana, puede convertirse en un ritual para iniciar el día con serenidad. En cambio, si lo prefieres por la tarde, te ayudará a desconectar de las responsabilidades y recargar energías.
- Elimina distracciones digitales
La tecnología es uno de los mayores obstáculos para disfrutar de momentos de relajación plena. La constante exposición a notificaciones, correos electrónicos y mensajes puede generar una sensación de saturación.
Para aprovechar al máximo tus momentos de calma, minimiza el uso de dispositivos como el móvil, la computadora o la televisión durante estos periodos. Apaga las notificaciones y coloca el teléfono fuera de tu alcance inmediato.
Además, puedes implementar intervalos regulares de detox digital. Por ejemplo, estableciendo horarios específicospara estar desconectado, como la primera hora de la mañana o antes de dormir.
- Realiza actividades manuales
Optar por tareas simples, como limpiar, tejer, cocinar o regar las plantas, tiene un efecto terapéutico. Son actividades que te permiten enfocarte en movimientos físicos, dejando de lado las preocupaciones y los pensamientos que suelen acumularse. Entras en un estado de atención plena que promueve la calma y la claridad mental.
Las actividades manuales también estimulan la creatividad. Por ejemplo, cocinar no solo te mantiene ocupado, sino que te invita a experimentar con sabores y texturas. Del mismo modo, el cuidado de las plantas implica observar su crecimiento y adaptarte a sus necesidades, lo que fomenta la paciencia.
Cuando se trata de crear un espacio de calma, la música relajante puede ser tu mejor aliada. Acompaña tus momentos de desconexión con sonidos de la naturaleza o melodías suaves.
Al comenzar con el puttering, es normal que aparezca la sensación de estar desperdiciando tiempo valioso. Este pensamiento suele originarse por la presión social que nos impulsa a ser productivos en todo momento.
Sin embargo, es importante recordar que estos minutos de desconexión son esenciales para tu bienestar. Lejos de ser una pérdida, son una inversión en tu salud mental.
Si notas que surgen pensamientos autocríticos, reemplázalos con afirmaciones positivas. Por ejemplo, puedes recordarte que este espacio te ayudará a reducir el estrés, recargar energías y enfrentar tus responsabilidades con una mejor disposición.
También puedes escribir una lista de los beneficios que las pausas aportan a tu vida y revisarla cuando sientas dudas.
- Hazlo parte de tu descanso semanal
El enfoque no tiene que limitarse a los días laborales. Los fines de semana son una oportunidad ideal para desconectarte del estrés acumulado y recargar energías.
Aprovecha sábados y domingos para dedicarte a actividades simples y sin apuros, como ir al supermercado, dar un paseo sin rumbo o sumergirte en una afición que te apasione. En lugar de sentir que necesitas aprovechar cada segundo del fin de semana, te darás permiso para disfrutar del tiempo libre de manera intencional.
- Haz pequeñas pausas durante el trabajo
Las largas jornadas frente a la computadora o las reuniones interminables pueden saturar tu mente y disminuir tu productividad. Incorporar pequeñas pausas entre estas actividades mejora tu enfoque.
Después de una sesión intensa de trabajo, levántate y camina por tu oficina, ordena una pila de papeles o reorganiza tu escritorio. Es como darle al botón de «actualizar» en tu cerebro, permitiéndole salir del estado de sobrecarga.
Las pausas no tienen que durar mucho tiempo para ser efectivas. Unos cinco minutos dedicados a otra actividad pueden marcar la diferencia. La clave está en evitar permanecer estáticos por largos periodos.
- Añade pequeñas actividades de mantenimiento al final del día
Antes de acostarte, dedicar entre 15 y 20 minutos a pequeñas tareas puede ser una excelente manera de cerrar el día de forma relajada. Vaciar el lavavajillas, guardar objetos para la jornada siguiente o reorganizar un estante no requieren un gran esfuerzo mental, pero pueden ofrecer una sensación de orden y tranquilidad.
El puttering es un respiro necesario en un mundo acelerado
En una época en la que el burnout y el estrés laboral se han vuelto casi inevitables, el puttering surge como un recordatorio de que no todo en la vida tiene que girar en torno a la productividad. Las pequeñas pausas, lejos de ser insignificantes, son actos poderosos de autocuidado que te invitan a redescubrir el valor de la sencillez.
Practicarlo es mucho más que hacer menos. En realidad, le das a tu mente y al cuerpo el descanso que tanto necesitan para funcionar de manera equilibrada.
Respira profundo, reflexiona y encuentra satisfacción en las tareas cotidianas, como reorganizar un rincón de tu hogar, cuidar tus plantas o caminar sin un rumbo fijo. Cada momento envía un mensaje claro a tu cerebro: reducir el ritmo es saludable.
Con información de Mejor con Salud