Investigadores australianos han desarrollado una técnica para transportar las vacunas sin necesidad de refrigeración, lo que permitirá un acceso más asequible y equitativo, informó este martes la agencia científica gubernamental de Australia (CSIRO, siglas en inglés).
El equipo de científicos de CSIRO encapsuló una serie de vacunas de virus vivos, que dependen de la temperatura para su conservación, con un material cristalino disoluble llamado MOF (siglas en inglés de marcos orgánicos metálicos).
Esto permitió proteger la integridad de las vacunas hasta doce semanas y a temperaturas de hasta 37 grados centígrados, según detalla un comunicado de CSIRO, que recuerda que sin refrigeración, las vacunas sólo durarían unos días.
La investigación publicada en la revista científica Acta Biomaterialia, asegura que la nueva técnica es más eficiente que el enfoque para conservar la vacuna del calor que consiste en modificar el fármaco mediante un proceso complejo y laborioso, que además solo conserva pocos días los sueros con virus vivos.
La investigadora del CSIRO y autora del artículo, Ruhani Singh, dijo que «este enfoque, pionero en el mundo, de estabilizar una vacuna con MOFs es sencillo, rápido y escalable porque se realiza en un solo paso».
La Organización Mundial de la Salud estima que al menos el 50% de las vacunas se desperdician cada año en el mundo, debido principalmente a la falta de instalaciones y de control de la temperatura, por lo que los investigadores de CSIRO aseguran que esta técnica puede contribuir a un acceso equitativo y asequible de todas las naciones.
Para el estudio con los MOF, el equipo de CSIRO se centró en dos tipos diferentes de virus vivos como prueba de concepto, una vacuna contra la enfermedad de Newcastle diseñada para proteger a las aves de corral y una cepa de la gripe A.
El científico de CSIRO, Daniel Layton, dijo que las próximas investigaciones se centrarán en la preservación de otras vacunas animales y humanas, incluidas las vacunas de ARNm contra la covid-19.
«Las vacunas de virus vivos son extremadamente eficaces, pero su compleja composición las hace susceptibles a las altas temperaturas, y no se ha encontrado una técnica de estabilización universal», dijo Layton.
La técnica desarrollada por CSIRO consiste en encapsular al virus con el MOF para proteger las moléculas de la vacuna contra el estrés térmico y después disolverlo con una solución para poder administrar el fármaco.
EFE