Los ultraprocesados son cada vez más comunes en las cocinas debido a las prisas y al ritmo frenético que impera hoy en día, sin embargo, una investigación china ha asociado un mayor riesgo de desarrollar demencia en las personas que comen más cantidades de este tipo de alimentos que a aquellos que los toman de manera esporádica.
El estudio, llevado a cabo por miembros de la Universidad Médica de Tianjin (China) y publicado en la revista Neurology de la American Academy of Neurology, llegó a estas conclusiones tras analizar a 72.083 personas de 55 años o más y sin antecedentes de demencia que notificaron al menos dos veces los alimentos que consumían en sus dietas durante un periodo de 10 años. Luego se calculó los gramos al día de alimentos ultraprocesados consumidos y se comparó con alimentos más saludables y con la salud de los participantes.
Los alimentos ultraprocesados se caracterizan por tener un alto contenido en azúcar, sal y grasa, y por tener bajos niveles de fibra y proteínas. Algunos ejemplos de estos productos son los refrescos, las salchichas, los helados, el kétchup, mayonesa, panes envasados, pollo frito o algunos humus o guacamoles envasados.
Los ultraprocesados reducen la memoria
Del total de los participantes del estudio, 518 fueron diagnosticados con demencia. En cuanto a la alimentación, los alimentos ultraprocesados constituyeron el 9% de la dieta diaria de las personas del grupo de bajo consumo, lo que viene a ser unos 225 g por día, en comparación con el 28% de las personas del grupo de mayor consumo, unos 814 g al día.
Una vez se tuvieron en cuenta factores como la edad, género, antecedentes familiares de demencia y problemas cardiacos, los autores observaron que por cada 10% de aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados, aumentaba hasta un 25% el riesgo de desarrollar demencia. Las bebidas, seguido de los productos azucarados y los lácteos ultraprocesados fueron los alimentos ultraprocesados que más se consumieron.
Además, también descubrieron que aumentar el consumo de alimentos sin procesar o mínimamente procesados en unos 50 g al día, lo que podría ser el equivalente a una manzana, un tazón de cereal de salvado o una porción de maíz, y a su vez reducir la ingesta de ultraprocesados en 50 g al día, equivalente a una barra de chocolate o una porción de palitos de pescado, podría reducir un 3% el riesgo de demencia.
“Los alimentos ultraprocesados están destinados a ser convenientes y sabrosos, pero disminuyen la calidad de la dieta de una persona. Estos alimentos también pueden contener aditivos alimentarios o moléculas del empaque o producidos durante el calentamiento, todos los cuales han demostrado en otros estudios que tienen efectos negativos en las habilidades de pensamiento y memoria”, ha declarado Huiping Li, principal autor del estudio.
Con información de Web Consultas