Las bebidas energéticas se han popularizado por sus propiedades antifatiga debido a la cafeína y otros ingredientes revitalizantes, mayormente asociadas a deportes extremos como BMX, motocross, windsurf, parkour, rally o freestyle.
A estas bebidas se les presupone un aporte de vigor y energía, sin embargo, estas bebidas llevan dosis relativamente altas de cafeína. De media, una lata de bebida energética equivale a unas 3 o 4 tazas de café, y un exceso en el consumo de esta sustancia psicoactiva puede derivar en ansiedad, nerviosismo, insomnio, angustia, trastornos gastrointestinales, temblores y taquicardia.
Las altas concentraciones de cafeína son especialmente perjudiciales para personas con determinados cuadros clínicos como hipertensión o alteraciones del sueño pudiendo agravar los síntomas.
Asimismo, consumir bebidas energéticas mezcladas con alcohol conduce a estados subjetivos alertados que, entre otros efectos, incluyen una disminución de la percepción de intoxicación etílica.
Además, puede producir efectos indeseables en su salud como alteraciones cardiovasculares, insomnio, nerviosismo y falta de coordinación motora. Esta falta de coordinación motora genera una falsa confianza entre los jóvenes que supone un peligro para su seguridad, sobre todo si se han de desplazar en coche o moto.
Con información de Noticiero Venevisión / Mundo Deportivo