Los esfuerzos al momento de abordar la osteoporosis tienen que centrarse en la prevención primaria, pero sobre todo en la secundaria, es decir con pacientes que ya han sufrido alguna fractura osteoporótica, dijo este jueves a Efe la experta Andrea Olascoaga.
“La importancia de fracturas por fragilidad es que predispone de forma muy importante a que tengas otra fractura”, indicó a Efe Olascoaga, especialista en rehabilitación y medicina física.
Las fracturas son una de las consecuencias más comunes de la osteoporosis, una enfermedad crónica y degenerativa que afecta la densidad de los huesos.
De acuerdo con la Fundación Internacional de Osteoporosis, hasta 200 millones de personas en el mundo pueden estar afectadas por este padecimiento.
Mientras que en México se estima que 40 % de las personas mayores de 50 años podría tener osteopenia, es decir, baja masa ósea. Además, el 17 % de las mujeres y 9 % de los hombres viven en el país con osteoporosis.
Olascoaga explica que la osteoporosis es una enfermedad crónica multifactorial que no causa dolor ni síntomas, pero que afecta la macro y microestructura del hueso, lo que aumenta su fragilidad y el riesgo de fractura.
Detalló que los huesos se encuentran renovándose continuamente, es decir, se desarrollan huesos nuevos y se descomponen los viejos; pero este proceso se ralentiza después de los 20 años y la mayoría de las personas alcanza su masa ósea máxima a la edad de 30, sin embargo, al pasar del tiempo, la masa ósea se pierde más rápido de lo que se crea.
PREVENCIÓN SECUNDARIA DE FRACTURAS
Las fracturas por osteoporosis se presentan por lo general en las muñecas, la columna lumbar y la cadera, el 75 % de estas son reportadas en mujeres de más de 50 años y se estima que 1 de cada 12 en este grupo de edad sufrirá una fractura de cadera.
Además, aproximadamente el 31 % de ellas fallecerá en el plazo de un año, mientras que el 40 % terminará sin poder caminar de manera independiente.
Actualmente, las fracturas osteoporóticas representan una carga económica de 97 millones de dólares al año en México y se prevé que este tipo de fracturas se duplique para el año 2050, debido principalmente al envejecimiento poblacional.
Olascoaga resaltó que solo un 30 % de las fracturas vertebrales presentan síntomas, por lo tanto no se diagnostican oportunamente.
“Estas fracturas incrementan el gasto sanitario, disminuyen la calidad de vida de quienes las padecen e incluso aumentan su riesgo de mortalidad”, precisó la especialista.
Es por ello que el objetivo de la prevención secundaria es conseguir que los pacientes con osteoporosis prevengan las fracturas y, en caso de ya haber padecido una, evitar una segunda.
Esto es especialmente importante porque este tipo de lesiones, sobre todo en personas mayores de 65 años, suelen darse con movimientos o caídas leves.
“Por lo que, si desde un principio se hace un tratamiento integral, el riesgo de volverse a caer y volverse a fracturar es mucho menor”, indicó.
Apuntó la importancia de que el abordaje de la enfermedad sea integral, pues deben intervenir diversas especialidades como oftalmología, otorrinolaringología o reumatología, entre otras.
Dijo que, ante el infradiagnóstico y desconocimiento sobre esta patología, es indispensable que el médico de atención primaria valore debidamente esta enfermedad y conozca perfectamente los factores de riesgo de fractura por fragilidad ósea, sabiendo detectar a aquellos pacientes con mayor riesgo.
Asimismo, a la hora de identificar las fracturas óseas se deben tener en cuenta otros criterios, como diferentes patologías concomitantes y conocer los factores de riesgo de caídas de pacientes, tanto de forma intrínseca (hipotensión, hipoglucemias, párkinson, deterioro cognitivo, inestabilidad, agudeza visual) como extrínseca, es decir, las relacionadas con su entorno.
Finalmente, sostuvo que los pacientes que ya son atendidos por alto riesgo de fractura deben cumplir y adherirse a los tratamientos, ya que, como en toda enfermedad crónica, “es elevado el incumplimiento y el abandono” de estos.
EFE