El telescopio espacial James Webb ha observado cinco cúmulos estelares en una galaxia tan solo 460 millones de años después del Big Bang, por lo que podrían ser los primeros candidatos a cúmulos protoglobulares conocidos hasta la fecha.
Hasta hace apenas dos años, muchos secretos del cosmos permanecían ocultos para los astrónomos, pero la llegada del telescopio espacial James Webb ha cambiado las cosas. Esta tecnológica abrió una nueva era en la investigación astronómica.
El telescopio, que opera en el infrarrojo, puede ver objetos fríos, muy lejanos u ocultos tras el polvo, lo que le permite observar el universo primitivo y ver objetos tan antiguos como los cúmulos que acaba de descubrir.
"Estas estructuras son los cúmulos estelares más antiguos jamás detectados y podrían ser precursores de los cúmulos globulares que actualmente observamos en nuestra galaxia", avanzó Yolanda Jiménez, investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) -sur de España- y coautora del trabajo.
La investigación, que puede arrojar luz sobre cómo se formaron las galaxias en el universo primitivo, ha sido liderada por la Universidad de Estocolmo (Suecia) y se publicó este lunes en la revista Nature.
La observación directa de estas estructuras no habría sido posible sin la ayuda de las lentes gravitacionales, grandes acumulaciones de materia que se interponen en nuestra línea de visión de galaxias distantes, actuando como “lupas” que magnifican los objetos detrás de ellas y distorsionando a veces. su imagen en forma de arco.
En este caso, el cúmulo galáctico SPT-CL J0615−5746 amplió la luz de la galaxia denominada Arco de las Gemas Cósmicas, a 460 millones de años luz tras el Big Bang, que gracias a James Webb los científicos han logrado "desvelar su fascinante estructura", aclaró la investigadora del IAA-CSIC.
Las cinco Gemas aparecían duplicadas de forma casi simétrica en el otro extremo del arco, "señal inequívoca de que eran puntos donde el poder de magnificación del cúmulo lente era máximo", apuntó José M. Diego, científico del Instituto de Física de Cantabria -norte de España- (IFCACSIC-UC), centro mixto del CSIC y la Universidad de Cantabria, y coautor del artículo.
Información de EFE