Los dos gigantes surcoreanos de la electrónica, Samsung y LG, protagonizaron un nuevo episodio de su acérrima competencia para determinar el futuro de los televisores pero, a diferencia de los casos anteriores, esta vez mostraron estrategias que avanzan en sentidos divergentes.
Como es tradicional, ambas compañías fueron de las primeras en abrir la mayor feria de electrónica de consumo del mundo, CES, en Las Vegas (Nevada), y mostraron sus nuevos modelos de televisores que saldrán al mercado este año, así como aquellos que son todavía sólo conceptos.
Samsung, el fabricante con más cuota de mercado mundial, dio el pistoletazo de salida con un concepto tan nuevo como arriesgado: un televisor que rota sobre sí mismo y puede adoptar una posición tanto horizontal como vertical, esta última pensada para ver contenidos diseñados para teléfonos móviles.
Bautizado como "Sero" (que significa "vertical" en coreano), el nuevo dispositivo de Samsung tiene una pantalla de 43 pulgadas, resolución 4K y color QLED, y viene equipado con un soporte que la mantiene alzada y permite la rotación de horizontal a vertical y viceversa.
La idea es que los usuarios jóvenes, que pasan más tiempo mirando el móvil que la televisión, consulten los contenidos de sus dispositivos portátiles en una pantalla grande optimizada perfectamente para éstos y que no incluya barras negras laterales.
Así, basta con tocar el televisor con el teléfono para que este reproduzca los contenidos del dispositivo móvil y rote imitando sus mismos movimientos (normalmente, por ejemplo, la pantalla estará vertical si se consulta Instagram o Facebook, y horizontal si se está visualizando un vídeo).
En el caso de los teléfonos Galaxy de Samsung, esta rotación será automática, mientras que si se usan otros dispositivos habrá que activarla manualmente mediante un botón en el mando a distancia.
La estrategia de futuro de LG, por su parte, también rompe con lo anterior pero de forma distinta: en lugar de rotar la pantalla para acercarla al móvil, el segundo mayor fabricante de televisores del mundo apuesta por ir a contracorriente de la tendencia del mercado y reducir el tamaño de sus dispositivos.
El nuevo OLED48CX tiene una pantalla de 48 pulgadas equipada con la tecnología de LED orgánicos (OLED), marca de la compañía, significativamente por debajo de las 55 pulgadas del modelo más pequeño de OLED actualmente en el mercado.
"La calidad de OLED48CX es comparable a las de un televisor 8K con pantalla de 96 pulgadas", aseguraron desde la compañía al anunciar el nuevo producto, dado que el menor tamaño permite una mayor densidad de píxeles y por tanto una resolución supuestamente superior que la que le correspondería por su tecnología. Como en el resto de aparatos de la serie, el nuevo televisor de LG integra Dolby Vision IQ y modo UHD Alliance's Filmmaker.
Si bien durante los últimos años la competición en el campo de los televisores ha sido invariablemente la de avanzar hacia pantallas cada vez más grandes, algunas voces en el sector reclamaban modelos que diesen respuesta a las necesidades de consumidores con espacio limitado en sus hogares sin perder calidad, un hueco que OLED48CX habría venido a ocupar.
Al margen de sus productos más novedosos y sorprendentes, Samsung y LG sí volvieron a competir directamente con dispositivos similares como es habitual en las presentaciones de segunda línea, que en el caso de LG fue un televisor/marco bautizado como "Gallery" y que recuerda mucho al "Frame" de Samsung.
Los dispositivos "Gallery" tienen un grosor ultra fino de 0,79 pulgadas para colgarse en la pared como si de un cuadro se tratase y mostrar obras de arte cuando no se está viendo la televisión, están equipados con una pantalla OLED 4K y disponibles en 55, 65 y 77 pulgadas.
Por su parte, Samsung también presentó el modelo de televisor Q950TS, ultradelgado y con marcos prácticamente inexistentes, de manera que éstos casi no se aprecian a simple vista y el televidente tiene la sensación de que la pantalla QLED de 8K alcanza hasta los bordes.
Información de EFE