El supertifón Man-yi tocó tierra este domingo en el norte de Filipinas tras golpear la pasada noche la isla de Catanduanes, dejando a su paso una estala de destrucción que ha desplazado a más de 650.000 personas, muchas de ellas ya afectadas por una inusitada serie de seis tormentas tropicales consecutivas en menos de un mes.
Pepito, como se le conoce en Filipinas, tocó tierra en la provincia norteña de Aurora a las 15:20 hora local (7:20 GMT) acompañado por vientos sostenidos de hasta 185 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 230 km/h, afirmó la Agencia de Meteorología de Filipinas (PAGASA) en su último boletín.
La pasada noche, el supertifón golpeó la provincia isleña de Catanduanes, destruyendo casas y arrancando árboles, según imágenes compartidas por el medio en línea filipino Rappler.
Los fuertes vientos y lluvias torrenciales obligaron a evacuar a más de 650.000 personas y forzaron a las autoridades a poner en alerta a numerosas regiones de la isla norteña de Luzón, la mayor del país, incluyendo Ciudad Quezón, la mayor del área metropolitana del Gran Manila.
EFE