El rey Guillermo Alejandro de Países Bajos inauguró el Museo Nacional del Holocausto, junto al presidente israelí, Isaac Herzog, quien aprovechó su discurso para exigir la liberación de los rehenes en manos del grupo islamista Hamás, aunque con protestas propalestinas en Ámsterdam contra su presencia en el país.
La ceremonia tuvo lugar en la Sinagoga Portuguesa de Ámsterdam, con la asistencia de numerosas autoridades nacionales e internacionales, incluida la alcaldesa de la capital, Femke Halsema; la presidenta del Consejo Federal Alemán, Manuela Schwesig; y el presidente austriaco, Alexander van der Bellen.
En su discurso, Herzog llamó a la liberación de los rehenes retenidos en Gaza desde el pasado 7 de octubre y aseguró que el nuevo Museo Nacional del Holocausto es un lugar que recuerda "los horrores que surgen del odio, el antisemitismo y el racismo", advirtiendo que el antisemitismo "está creciendo en la actualidad en todo el mundo".
Durante la ceremonia de inauguración del museo, se pudieron escuchar en varias ocasiones los gritos desde el exterior de los manifestantes que se concentraron delante de la sinagoga contra la presencia del presidente israelí en la inauguración del museo.
Además de silbar y gritar consignas por la liberación de Palestina y por el fin de la guerra israelí en la Franja de Gaza, también tocaron instrumentos que se dejaron escuchar dentro del lugar de culto.
El museo, que abrirá este lunes al público, se encuentra en Plantage, el barrio que una vez acogió a judíos que esperaban su deportación de Ámsterdam, y que ahora albergará un centro que contará, ocho décadas después de ese genocidio, la historia de la persecución a los judíos.
EFE|NoticiasVenevisión