El agravamiento de la situación sanitaria en Francia ha provocado que desde este sábado haya ocho ciudades del país, incluido París, en alerta máxima, una clasificación que implica entre otras medidas el cierre total de los bares y un protocolo reforzado en los restaurantes.
«La situación sanitaria sigue degradándose en Francia. Sucede lo mismo en muchos países vecinos», advirtió esta semana el ministro francés de Sanidad, Olivier Veran.
París, Marsella, Aix-en-Provence y Guadalupe (Antillas) ya estaban en esa situación y hoy se sumaron Lyon, Lille, Grenoble y Saint-Etienne, mientras que, si los indicadores no mejoran, en Toulouse y Montpellier, las dos urbes también podrían verse sometidas a controles a corto plazo.
La alerta máxima se declara en Francia cuando la tasa de incidencia acumulada en los últimos siete días supera los 250 positivos por cada 100.000 habitantes entre la población en general, y los cien casos entre las personas mayores.
Asimismo, al menos el 30 % de las camas de las unidades de cuidados intensivos (Ucisi) están ocupadas por pacientes con covid-19.
Su impacto, no obstante, ha sido desigual entre las distintas clases sociales. Un estudio realizado entre 135.000 personas por el Instituto Nacional de Sanidad e Investigación Médica (INSERM), reflejó que la enfermedad ha afectado sobre todo a los más desfavorecidos.
EFE