Se presta a Emmanuel Macron la intención de pedir a la Unión Europea (UE) el cierre de todas las fronteras del Espacio Schengen, incluso después del fin todavía lejano del confinamiento generalizado.
Se trata, de facto, de una propuesta de aislamiento continental, europeo, con el resto del mundo. Del Espacio Schengen forman parte 26 miembros de la Unión, con una población de 422 millones de habitantes y una superficie de 4.312.099 kilómetros cuadrados.
Desde la óptica presidencial francesa, la UE debería prolongar el cierre de sus fronteras y espacio de seguridad policial con el resto del mundo, los EE.UU., China, Rusia, Asia y África.
Los viajes de los ciudadanos europeos fuera de las fronteras europeas de Schengen podrían quedar paralizados o prohibidos, por completo, con algunas “limitaciones” difícil de conocer, de momento.
El cierre generalizado de las fronteras europeas del espacio Schengen, de realizarse, como parece sugerir la presidencia francesa, tendría un impacto social, comercial y económico de primera importancia, difícil de calibrar.
Siguiendo su política informativa, Emmanuel Macron ha comenzado por comentar ese proyecto con el resto de las fuerzas políticas y sindicales, al mismo tiempo que se invitaba a una “reflexión” al resto de los aliados europeos.
Hechas esas consultas, sociales, políticas y diplomáticas, el presidente francés lanzará un nuevo mensaje a la nación el próximo lunes 13 de abril.
ABC