En una intervención policial se logró la detención de 52 personas que se dedicaban a explotar y maltratar a los migrantes que trabajan como jornaleros en las regiones de Basilicata y Calabria, en el sur de Italia.
Según la investigación los trabajadores eran tratados como esclavos, los llamaban «monos» y les daban de beber agua de los canales de riego.
La operación «Demetra» llevada a cabo por Guardia de Finanza italiana concluyó con esos 52 arrestos y 14 compañías agrícolas incautadas entre las localidades de Matera y Cosenza por explotar a cerca 200 migrantes.
Las investigaciones comenzaron con uno de los muchos controles de carretera que los agentes realizan todos los días, cuando se detuvo a una camioneta en la que vajaban siete trabajadores.
A partir de ahí y durante un año se investigó hasta descubrir una amplia red de explotación de migrantes, sobre todo ciudadanos pakistaníes, magrebíes y de Europa del Este, a los que pagaban unos 80 céntimos por caja de cítricos recogida o 10 euros diarios, mientras que mujeres llegadas de Europa del Este recogían fresas por 28 euros al día.
A los arrestados se les acusa de favorecer la migración ilegal ya que permitían entrar a los trabajadores incluso organizando matrimonios de conveniencia, y después el divorcio, para obtener un permiso de residencia.
EFE