Rusia ha utilizado ampliamente en sus ataques en Ucrania municiones en racimo, un tipo de minibombas que están prohibidas por las leyes internacionales y cuyas víctimas son prácticamente siempre civiles que no participan de ninguna manera en las hostilidades.
«El extenso uso en Ucrania de municiones de racimo prohibidas internacionalmente demuestra un flagrante desprecio por la vida humana, los principios humanitarios y las normas legales por parte de Rusia», dijo Mary Wareham, responsable del último informe en el que se analiza si los países cumplen o no con la norma.
Según la editora del informe, se han documentado o denunciado cientos de ataques con municiones de racimo por parte de las fuerzas rusas en Ucrania, en los que habrían muerto cerca de 700 civiles.
De manera general, los civiles representan la casi totalidad de las víctimas de estas armas, que son lanzadas por tierra o aire y consisten en contenedores que se abren y dispersan municiones más pequeñas (submuniciones) sobre una amplia superficie.
Muchas de esas submuniciones no detonan al contacto dado la forma en la que están diseñadas, convirtiéndose en restos explosivos que amenazan vidas, obstaculizan el acceso a tierras fértiles y crean barreras para el desarrollo de las zonas afectadas.
Los daños a las personas pueden ocurrir incluso años después de la utilización de estas minibombas, cuyas dos terceras partes de las víctimas son niños, precisa el informe, elaborado por una coalición de organizaciones civiles que supervisan el cumplimiento de la Convención de Municiones en Racimo de 2008.
Además de prohibir su uso, esa convención establece que se deben destruir todas la reservas de municiones en racimo, limpiar las áreas contaminadas y ofrecer educación sobre riesgos a las poblaciones afectadas, así como asistencia a las víctimas.
El informe de este año señala que se tienen indicaciones de que las fuerzas ucranianas también han utilizado estas armas «varias veces» en el actual conflicto.
Ni este país ni Rusia se han adherido a la convención, de la que forman parte 110 Estados más trece países que todavía deben completar el proceso de adhesión.
Este informe aparece antes de la reunión anual de los Estados parte de la convención, que tendrá lugar la próxima semana en la sede de la ONU en Ginebra.
EFE