El comisionado de la NFL, Roger Goodell, salió en defensa de Bad Bunny luego de la ola de críticas y llamados al boicot que surgieron tras el anuncio de que el artista puertorriqueño encabezará el espectáculo de medio tiempo del Super Bowl LX, programado para el 8 de febrero de 2026.
El organismo y Apple Music confirmaron a finales de septiembre que el astro del reguetón sería el encargado del show más visto de la televisión estadounidense. Sin embargo, dicho nombramiento generó una fuerte reacción por parte de sectores conservadores y figuras políticas del movimiento MAGA, que cuestionaron la elección de un artista que canta principalmente en español.
Durante una conferencia de prensa citada por la agencia AP, Goodell aseguró que la elección de Bad Bunny fue “cuidadosamente evaluada” y que el intérprete de Tití Me Preguntó y Callaíta ofrecerá un espectáculo memorable.
“No estoy seguro de que alguna vez hayamos seleccionado a un artista sin recibir alguna crítica. Es difícil lograrlo cuando literalmente cientos de millones de personas están mirando”, declaró Goodell este miércoles.
El comisionado añadió que la NFL confía en el impacto positivo que tendrá el espectáculo y destacó el perfil internacional del artista.
“Estamos seguros de que será un gran show. Él entiende la plataforma en la que está, y creo que será un momento emocionante y de unidad”, agregó. “Es uno de los intérpretes más importantes y populares del mundo. Eso es lo que intentamos lograr en la NFL. Es un escenario importante para nosotros y un elemento clave al entretenimiento como valor”.
El boicot contra Bad Bunny
La polémica por la participación de Bad Bunny también involucra al presidente Donald Trump, quien calificó la decisión como “ridícula”.
“No sé quién es… No sé por qué lo están haciendo. Es una locura”, dijo Trump. “Y luego le echan la culpa a algún promotor que contrataron para escoger el entretenimiento. Creo que es absolutamente ridículo”, dijo el mandatario en una entrevista con el canal NewsMax.
Otra voz de oposición vino de parte de el exjefe de campaña de Trump, Corey Lewandowski, quien advirtió que los agentes de inmigración podrían actuar durante el evento.
“No hay ningún lugar donde se pueda dar refugio seguro a personas que estén ilegalmente en este país. Ni en el Super Bowl ni en ningún otro lugar. Las encontraremos, las detendremos y las deportaremos. Eso es una situación muy real bajo esta administración”, expresó en el programa web “The Benny Show”.
A la controversia política se sumó una petición en línea en Change.org, creada bajo un seudónimo, que busca reemplazar al artista boricua por el ícono de la música country George Strait.
Al 21 de octubre, la iniciativa ya había superado las 60 mil firmas.
El texto de la campaña sostiene que el espectáculo del Super Bowl “debe unir a nuestro país, honrar la cultura estadounidense y mantenerse familiar, no convertirse en un acto político”.
La petición critica además los elementos de drag que Bad Bunny ha incorporado en algunas presentaciones, como en el video de Yo Perreo Sola.
En contraste, los fans de la estrella de género urbano recordaron a los detractores que Bad Bunny, nacido en Puerto Rico, es ciudadano estadounidense.
Asimismo, existe una enorme diferencia en popularidad: mientras el puertorriqueño acumula 81,4 millones de oyentes mensuales en Spotify, el cantante country cuenta con cerca de 8 millones.
Otros artistas también han salido en defensa del intérprete latino. Shakira, quien compartió escenario con él durante su propio show de medio tiempo en 2020, dijo a Variety:
“Estoy tan orgullosa de que Bad Bunny, quien representa no solo la cultura latina sino también lo importante que se ha vuelto la música en español a nivel global, tenga la oportunidad de actuar en el escenario más grande del mundo. Es el momento perfecto para una actuación como esta”.
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