Los nuevos contagios por coronavirus en China conocieron hoy su peor dato desde el pasado mes de marzo, con 99 nuevos casos, 97 de los cuales se diagnosticaron en pacientes provenientes del extranjero, los llamados “importados”, cuyo goteo Pekín no logra contener.
Además, la cifra divulgada por la Comisión Nacional de Sanidad de China y que contempla los casos registrados hasta la pasada medianoche local (16.00 GMT del sábado) es más del doble que los 46 casos anunciados en la víspera.
Estos casos “importados” son una de las grandes preocupaciones del Gobierno chino, que puso en marcha un veto temporal a la entrada al país de ciudadanos extranjeros desde el 28 de marzo, medida que por el momento no ha logrado reducir las cifras de contagios “importados”, que suman 1.280 en total (481 de ellos ya dados de alta).
La ciudad de Shanghái, importante polo económico y comercial en el este del país, se anotó la mayoría de estos 99 nuevos casos, 52, de los cuales 51 fueron pasajeros del mismo vuelo procedente de Rusia, una frontera que en los últimos días ha supuesto un quebradero de cabeza para el Ejecutivo chino.
Problemas en el noreste
Precisamente, la provincia nororiental de Heilongjiang, fronteriza con Rusia, es la otra gran protagonista de los casos “importados” difundidos hoy, con 21, todos ellos procedentes del país eurasiático, mientras que los dos casos de contagio “local” identificados hoy también se localizaron en esta región.
El pasado día 8, las autoridades chinas decidieron cerrar el paso fronterizo de Suifenhe, a un centenar de kilómetros de la ciudad rusa de Vladivostok, donde en las últimas semanas han aterrizado varios ciudadanos chinos procedentes de Moscú que después han cruzado por tierra a su país.
Entre los viajeros que tomaron esa ruta (2.497 individuos accedieron al país asiático por ese punto desde el pasado 11 de marzo), se han detectado al menos 151 infectados todos ellos, chinos residentes en Rusia, según fuentes citadas por la publicación especializada china Caixin.
Hasta el pasado viernes, Suifenhe también había detectado 148 casos asintomáticos, otra de las preocupaciones actuales de China y cuya cifra casi se dobló en el último parte (64 anunciados hoy, por los 34 de la víspera).
Esto ha llevado no solo al cierre fronterizo con Rusia, sino también a la imposición de una cuarentena “à la Wuhan” a los 70.000 habitantes de Suifenhe, donde los complejos residenciales se han puesto bajo vigilancia y se permite solo el movimiento de personas para actividades esenciales.
Según la televisión estatal CCTV, este sábado comenzó a operar un hospital provisional dotado de 600 camas y levantado para cubrir las necesidades sanitarias de Suifenhe.
Una tendencia interrumpida
Así las cosas, con el número de pacientes curados y dados de alta situado en 50 en el último parte diario y los 99 nuevos contagios identificados, la prolongada tendencia a la disminución de los contagiados “activos” se ha interrumpido en China y ha sumado 49 casos más, hasta situar el total en 1.138.
De ellos, 139 siguen en estado grave, de los cuales 93 se encuentran en la ciudad centro oriental de Wuhan, la cuna de la pandemia.
En cualquier caso, las cifras oficiales no reflejaron ningún nuevo deceso por la COVID-19 en su último boletín, lo que supone el segundo día sin fallecimientos por esta causa en China, después de lograr el primer cero en ese casillero el pasado día 6.
Wuhan sigue avanzando hacia la vida
Mientras tanto, en Wuhan (donde la pandemia se ha cobrado al menos 2.577 vidas) la normalidad se sigue abriendo paso, aunque a pasos más cortos y lentos de los que la población desearía tras casi 11 semanas de cuarentena, finiquitada el pasado día 8.
Los centros comerciales, supermercados o parques que ya han vuelto a aceptar consumidores y visitantes controlan y limitan la afluencia de éstos, un supuesto que aún queda lejos para los colegios de la provincia de Hubei, de la que Wuhan es capital.
Los wuhaneses tendrán que contentarse con los parques o los centros comerciales como opciones de ocio, ya que los cines, las salas de juego y de baile, bares, karaokes, teatros, piscinas cubiertas o espacios deportivos con poca ventilación también estarán cerrados hasta nueva orden.
EFE