El portavoz del Ministerio de Comercio de China, Gao Feng, aseguró hoy que el gigante asiático desea «trabajar conjuntamente» con la comunidad internacional para «apoyar la reconstrucción pacífica» de Afganistán tras la toma del poder por parte de los talibanes.
Gao también habló de la intención de trabajar para que el país centroasiático «mejore su capacidad de desarrollarse de forma independiente».
En la primera mitad del año, el comercio entre ambos países avanzó un 44 % interanual hasta los 310 millones de dólares, mientras que la inversión china en Afganistán había alcanzado unos 430 millones de dólares a finales de junio, según los datos ofrecidos por el vocero.
Todo esto ha dado pie a que algunos medios internacionales especulen con el interés de China en los recursos naturales de Afganistán, entre los que se encuentran depósitos de litio o tierras raras -elementos vitales para el desarrollo y producción de tecnologías como las baterías de los vehículos eléctricos- cuyo valor se estima en cerca de un billón de dólares.
Sin embargo, expertos como Raffaello Pantucci, investigador del británico Royal United Services Institute, no creen que esto se vaya a traducir en inversiones o proyectos concretos a corto plazo.
«Una de las narrativas más frustrantes que he visto últimamente es que las empresas chinas se mueren de ganas por hacer grandes proyectos en Afganistán. Pero han tenido 20 años de relativa estabilidad en el país con un Gobierno que tenía a tecnócratas que sabían cómo hacerlo, cómo conseguir créditos y cómo pagarlos, y no se hizo. Se intentó y no se consiguió. ¿Por qué iba a pasar en un Afganistán más inestable?», se preguntó Pantucci en un reciente evento ‘online’.
EFE