El brexit «es una llamada de atención» para la Unión Europa, que «siempre estará en peligro mientras solo se vea como un proyecto esencialmente económico y no como una fuerza para la paz, la igualdad y la seguridad social y medioambiental», afirma el periodista irlandés Fintan O’Toole.
En entrevista con Efe con motivo de la reciente publicación de la edición española de su libro «Un fracaso heroico. El Brexit y la política del dolor» (Capitán Swing), O’Toole considera que «el brexit es una llamada de atención. Cuando suena la alarma, tú puedes estrellar el despertador contra la pared o bien puedes te puedes levantar».
Como tantos irlandeses, O’Toole, columnista del diario The Irish Times, mantiene una relación muy estrecha con «lo británico» hasta el punto de que el semanario The Observer llegó a considerarlo «uno de los 300 intelectuales más importantes» de Gran Bretaña.
«Mi temor es que el brexit sea un desastre que haga que la UE se vuelva complaciente» bajo el principio de «¿quién querría seguir ese ejemplo?», dice O’Toole, quien, en este sentido, recuerda que en su momento Francia o Italia «también podrían haber votado» por abandonarla, de manera que no es muy de recibo tanta autocomplacencia.
Para O’Toole, el brexit también responde a una especie de crisis de identidad, quizá arraigada en lo más profundo del carácter británico.
«Los británicos tienen una larga historia de definirse a sí mismos contra Francia y después contra Alemania. Por ello no es de extrañar que los partidarios del brexit sigan recordando la Segunda Guerra Mundial o (la batalla de) Agincourt», en la Guerra de los Cien Años, en plena Edad Media, y en la que los ingleses derrotaron a los franceses.
Tal planteamiento «es ridículo», sostiene O’Toole, quien de inmediato subraya que, no obstante «lo ridículo puede tener mucha fuerza».
A juicio de O Toole, el «fracaso heroico», como él mismo define el «brexit» es, básicamente, «un fenómeno inglés» y no tanto ni de manera amplia, británico.
«Tengamos en cuenta que los parlamentos autónomos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte votaron en contra de la salida de la UE. Este voto fue meramente simbólico, porque no tenían potestad para detener el brexit, pero sí puso en claro la verdad: que lo ocurrido es producto del recrudecimiento del nacionalismo inglés», sostiene.
«Creo que el brexit satisface temporalmente la sensación de malestar, de alivio por lo que se ha dejado atrás, y esto todavía durará un tiempo», dice O’Toole.
Sin embargo, recalca, «me preocupa lo que pasará cuando se vea que no florece esa ‘edad dorada’ que ha prometido (el primer ministro británico) Boris Johnson ¿A quién se echará la culpa entonces?»
«La desconfianza llega a ser una búsqueda de traidores y de no creyentes. Hay como un sentimiento religioso vinculado al brexit basado en que tenemos que creer sin sombra de duda y tales movimientos tienden a acabar en una persecución de los heréticos», destaca el periodista irlandés.
«Por el momento -y probablemente durará algunos años- hay una sensación entre los que votaron a favor del brexit de que es importante seguir manteniendo el tipo. Una vez que lo has hecho, es una humillación personal admitir que cometiste un error», afirma.
Pero poco a poco, sostiene O’Toole se irán percibiendo los efectos económicos del brexit y «estos se notarán gradualmente. Será más como una especie de punción lenta», de zapa constante, que como «un coche que se estrella».
Entonces, afirma, «será interesante ver si esa gran cantidad de la población» del Reino Unido «que quería quedarse en la UE encuentra otra vez su voz. Ahora está derrotada y desmoralizada, pero tengo la impresión de que volverá a crecer, especialmente a medida que la vieja generación anti-UE va cediendo el paso a la generación joven, favorable a la UE».
«El brexit ha debilitado al Reino Unido como entidad. Ahora Escocia podría votar por la independencia, y eso tiene importantes implicaciones para Irlanda», señala.
En concreto, O’Toole se refiere a Irlanda del Norte y a su situación sociopolítica si eventualmente los acontecimientos propiciaran una corriente en la isla en favor de la reunificación.
Si se tiene en cuenta que en Irlanda del Norte hay dos comunidades perfectamente diferenciadas -unionistas protestantes probritánicos y católicos republicanos y partidarios de la reunificación de Irlanda- cabe preguntarse qué sería de los primeros si se llega a una Irlanda unificada.
«El momento nos empuja hacia una Irlanda unificada pero nadie está realmente dispuesto a ello, y una ruptura traumática del Reino Unido podría desencadenar de nuevo la violencia en Irlanda del Norte, ya que es el lugar donde siguen sin resolverse las grandes tensiones políticas y religiosas del Reino Unido», subraya O’Toole.
EFE/SPLL