La crisis provocada por el asesinato del general iraní Qasem Soleimaní se ha convertido en una nueva muestra del creciente distanciamiento entre el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y su principal aliado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Desde que Trudeau volvió de Costa Rica el domingo, donde ha estado más de dos semanas de vacaciones navideñas, el primer ministro canadiense ha emprendido una intensa actividad diplomática a raíz de la muerte de Soleimaní de la que ha estado ausente Estados Unidos.
Una ausencia reseñable porque Estados Unidos es el principal socio militar y comercial de Canadá, y Ottawa coordina con Washington sus principales iniciativas internacionales.
Pero de la misma forma que Estados Unidos no avisó a Canadá del inminente ataque con drones armados con misiles contra Soleimaní en Bagdad, Ottawa parece estar poco interesado en hablar con Washington sobre la creciente crisis.
En los dos últimos días, la Oficina del Primer Ministro de Canadá se ha esforzado en demostrar la intensa actividad emprendida por Trudeau para reducir las tensiones en Oriente Medio, dando a conocer las conversaciones que el gobernante está manteniendo a diario.
Entre toda esta actividad diplomática anunciada por el Gobierno canadiense destaca la ausencia de cualquier comunicación con las autoridades estadounidenses, tanto una llamada entre Trudeau y Trump para discutir la crisis o un gesto similar del ministro de Asuntos Exteriores de Canadá, François-Philippe Champagne, con el secretario de Estado, Mike Pompeo.
Trudeau conversó telefónicamente con la canciller alemana, Angela Merkel, y con el rey de Jordania, Abdalá II. El lunes, el primer ministro canadiense habló con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michael.
Un comunicado dado a conocer hoy por la Oficina del Primer Ministro de Canadá señaló que Trudeau y Merkel "compartieron sus preocupaciones por la situación en Irak" y añadió que "los dos líderes discutieron la necesidad de fomentar que todas las partes den pasos para reducir la escalada".
La conversación de Trudeau con el rey Abdalá II discurrió en términos similares. El primer ministro canadiense y el rey jordano hablaron sobre la situación en Irak y "las más amplias implicaciones para la región" a la vez que acordaron "la necesidad de mantener el foco en la lucha" contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Trudeau y Stoltenberg destacaron en su conversación del lunes la importancia de mantener la misión de capacitación de la OTAN en Irak para fortalecer al ejército iraquí mientras que con Michel, los dos líderes estuvieron de acuerdo en la importancia de preservar el acuerdo nuclear con Irán, conocido como JCPOA.
La mención del JCPOA es una muestra más del distanciamiento de Trudeau con respecto a las políticas de Trump en la región, ya que fue el presidente estadounidense quien decidió retirarse del acuerdo negociado por su predecesor, Barack Obama, para limitar el desarrollo nuclear iraní.
También este lunes, Champagne, conversó con su homólogo iraquí, Mohamed Ali al Hakim, a quien reiteró el compromiso de Canadá con la estabilidad y unidad del país.
A pesar de ello, hoy Canadá anunció el repliegue de parte de los 500 soldados y personal que mantiene en Irak, donde lideran la misión de la OTAN para capacitar a las fuerzas de seguridad iraquíes y participan en la Operación Impact contra los terroristas del EI.
La falta de comunicación entre Canadá y Estados Unidos para intentar resolver la crisis creada por el asesinato de Suleimaní se produce también en el contexto del empeoramiento de las relaciones personales entre Trudeau y Trump.
El penúltimo capítulo en la montaña rusa en que se ha convertido la relación Trudeau-Trump se produjo a principios de diciembre cuando el primer ministro canadiense fue "pillado" por una cámara de televisión mofándose de Trump entre las risas del primer ministro británico, Boris Johnson; el presidente francés, Emmanuel Macron, y la princesa Ana, hija de la reina Isabel II.
El vídeo de Trudeau no le hizo ninguna gracia a Trump, que poco después acusó al primer ministro canadiense de ser un "falso" y de estar resentido con él porque estaba obligando a Canadá a pagar una mayor contribución a la OTAN.
Información de EFE