Catar condenó "enérgicamente" este domingo el "asalto" al puerto petrolífero de Zueitina, en el este de Libia, y el bloqueo de las exportaciones de crudo en el país norteafricano, un día después de que las fuerzas del mariscal Jalifa Hafter interrumpieran el flujo de petróleo en el país.
"Catar condena enérgicamente el asalto de las fuerzas al puerto petrolero de Zueitina en Libia y la detención de las exportaciones de petróleo", aseguró hoy la agencia de noticias estatal catarí QNA en su cuenta oficial de Twitter.
En un breve tuit, QNA aseveró que "la riqueza del país pertenece a los libios" y que "ninguna de las partes tiene derecho a manipular las capacidades libias o usarlas como carta de presión", a falta de pocas horas para que de comienzo una conferencia internacional en Berlín para consolidar el alto el fuego acordado la semana pasada.
Las fuerzas bajo el mando del mariscal Jalifa Hafter, el hombre fuerte de libia que controla amplias zonas del país, bloquearon la producción de petróleo en el golfo de Sirte, el corazón de la industria petrolera libia.
De acuerdo con la Compañía Nacional de Petróleo de Libia (NOC), la decisión del Ejército Regular Libio (LNA), encabezado por Hafter, de interrumpir el flujo en las centrales de Ras Lanuf, Brega, Hariga, Zueitina y Sidra impedirá la producción de más de 800.000 barriles diarios de crudo, más del 75 % de la producción libia.
La empresa añadió que este bloqueo supondrá además la pérdida de 55 millones de euros diarios en las arcas de la NOC, que tiene sede en Trípoli, ciudad bajo dominio del Gobierno de Acuerdo Nacional (GNA) de Fayed al Serraj, sostenido por Naciones Unidas.
Esta interrupción se produce a falta de pocas horas de que arranque en Berlín una conferencia internacional de paz destinada a consolidar el frágil alto el fuego acordado la semana pasada gracias a la mediación de Rusia y Turquía tras más de ocho meses de duros combates.
La cita de Berlín fue convocada la semana pasada por la canciller alemana, Angela Merkel, tras más de diez meses de combates desde la ofensiva que lanzó el Ejército Nacional Libio (LNA) contra Trípoli, que han costado la vida a más de 1.500 personas -cerca de 300 de ellas civiles libios- causado heridas a más de 15.000 y obligado a cerca de 100.000 ciudadanos a abandonar sus hogares y a convertirse en desplazados internos.
A Al Serraj, al frente del gobierno reconocido por la ONU, le apoya militarmente Turquía y le respaldan políticamente Italia y Catar.
Por otra parte, a Hafter le apoyan Rusia, Arabia Saudí, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos, además de contar con el respaldo político de Francia y Estados Unidos.
Información de EFE