El regulador independiente del fútbol inglés que el Gobierno británico pretende sacar adelante en un futuro próximo gozará de más poder que en un principio, obligando a los clubes a consultar a los aficionados en aspectos como el precio de las entradas y la venta del estadio, teniendo potestad para adjudicar o no ayudas al descenso y la independencia del Gobierno en materia de comercio a la hora de dar luz verde o no a la venta de clubes.
Esta nueva reforma del fútbol inglés llega después de que la primera propuesta de ley no pasara el corte al producirse elecciones en julio y cambiar el Gobierno británico. Ahora, en la nueva propuesta, llevada a cabo por el Gobierno laborista de Keir Starmer, se pretende que el regulador conste de más poder para poder preservar la esencia del fútbol inglés y la conexión con los aficionados.
Cabe recordar que esta reforma se propuso a raíz de la creación de la Superliga Europea en la primavera de 2021, con seis clubes ingleses, Arsenal, Tottenham Hotspur, Manchester United, Manchester City, Liverpool y Chelsea como miembros fundadores.
Esta nueva propuesta entrará en el Parlamento este jueves y entre sus cambios destaca que los clubes tendrán que consultar a los aficionados en temas como el precio de las entradas y los cambios de ubicación del estadio, así como el poder de decisión en las ayudas al descenso.
Este último aspecto ha sido muy controvertido en Inglaterra porque los equipos que descienden de la Premier League han aprovechado las ayudas económicas, que se extienden durante tres años, para gastar y crear una descompensación con el resto de equipos de la liga.
Al tener potestad para incluir o no estas ayudas, el regulador independiente podrá "hacerse una idea más clara" de la situación financiera en la pirámide del fútbol inglés.
La English Football League (EFL, por sus siglas en inglés) está a favor de eliminar estas ayudas, ya que distorsionan la competición, mientras que la Premier League considera que son fundamentales para que los dueños puedan seguir invirtiendo.
En la actualidad existe una disputa entre Premier y EFL por el dinero que las divisiones inferiores reciben de la máxima división inglesa y que esta cifra en un 16 % de sus ingresos anuales, así como en 1.600 millones de los generados por el último contrato televisivo.
Además, el regulador no tendrá que tener en cuenta la política de comercio del Reino Unido a la hora de decidir o no si un dueño es adecuado para comprar un club de la Premier. Esta decisión se ha tomado después de que se filtraran documentos en la compra del Newcastle United por parte de Arabia Saudí en los que se mencionaba la relación del Reino Unido con los saudíes.
El regulador también podrá elegir de forma democrática quiénes son los representantes de los aficionados que se comunican con los clubes y además podrá pedir de forma transparente a los equipos que le informen sobre qué medidas están tomando en materia de igualdad y diversidad.
La Premier League no ve con buenos ojos la introducción de un regulador porque entiende que es algo que no se ha probado y que no tiene precedentes y que puede hacer temblar los cimientos de la mejor liga del mundo.
Las divisiones inferiores del fútbol inglés, de la Segunda a la Cuarta, sí celebraron esta nueva medida porque ayudará a "mantener la sostenibilidad de los clubes a lo largo de toda la pirámide".
La Asociación de Aficionados del fútbol inglés también ha aplaudido las nuevas protestas y ha recordado que esta última temporada los precios de las entradas han subido de media un 7 %, con equipos como el Nottingham Forest aumentando el precio un 20 %.
EFE