El Ejército ruso continúa con los ataques aéreos sobre la planta metalúrgica de Azovstal, en la ciudad portuaria de Mariúpol, donde, según las autoridades locales, se refugia un millar de civiles y resisten cerca de medio millar de soldados del regimiento de Azov.
Los ataques además afectan a las zonas urbanas en los alrededores de la acería, donde han causado varios incendios, según Petro Andriushchenko, asesor del alcalde de la ciudad, informó la agencia local Ukrinform.
“Los ataques aéreos en Azovstal no disminuyen. No hay silencio, pero los intentos de asalto (de las instalaciones) se repiten una y otra vez, a pesar de todas las declaraciones» y anuncios por parte de Rusia de establecer un alto el fuego en la zona, dijo el asesor.
Al mismo tiempo, «los combates urbanos continúan una vez más en el área alejada de la sede de administración de Azovstal, hasta la calle Ukrainskoho Kozatstva (Parque Veselka)”, detalló Andriushchenko.
Mariúpol, ciudad costera del Mar de Azov, sufre el asedio ruso desde que el Kremlin ordenó la invasión del país vecino el pasado 24 de febrero.
Aunque las autoridades locales continúan emitiendo mensajes sobre la situación de la ciudad, no es posible confirmar de forma independiente si el ayuntamiento continúa operativo, dado que la mayor parte de la ciudad está bajo control ruso.
La urbe, que inicialmente contaba con una población de casi medio millón de habitantes, ha sido prácticamente arrasada por los ataques rusos, cuyas tropas aseguran que ya han logrado el control de toda la ciudad, a excepción de la planta siderúrgica de Azovstal.
Las autoridades ucranianas aseguran que aún permanecen entre las ruinas de la ciudad unos 120.000 habitantes sin agua, electricidad ni productos básicos y denuncian que Moscú ha bloqueado los intentos de llevar ayuda humanitaria a la zona.
El alcalde de Mariupol, Vadym Boichenko, ha señalado que hasta 20.000 civiles han muerto en la ciudad desde el comienzo de la invasión rusa.
EFE