El descanso es uno de los pilares de la salud, pero para quienes enfrentan un diagnóstico oncológico, el sueño puede convertirse en un desafío. Recientes informes de la American Cancer Society (Sociedad Americana contra el Cáncer) advierten que los cambios en los hábitos de sueño son síntomas comunes que no deben pasarse por alto.
Estos problemas, que van desde el insomnio hasta el cansancio extremo, pueden presentarse de manera temporal. Sin embargo, en muchos casos, persisten durante todo el proceso de la enfermedad e, incluso, se mantienen una vez finalizado el tratamiento médico.
Más allá de la dificultad para conciliar el sueño, existen indicadores físicos específicos a los que se debe prestar especial atención, entre ellos:
Asimismo, la Sociedad Americana contra el Cáncer destaca que estos problemas de sueño pueden estar vinculados tanto a los efectos secundarios de los tratamientos (quimioterapia, radioterapia) como al estrés emocional que conlleva la enfermedad.
Detectar y tratar estos trastornos de forma temprana puede mejorar significativamente la respuesta del paciente al tratamiento general.
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