Todavía hay muchas cosas que se desconocen del desarrollo de la anorexia en las personas, como por qué unas personas son más proclives a padecerla y otras no. Un nuevo estudio realizado por la Universidad de Bath (Reino Unido) ha aportado su granito de arena al descubrir que los pacientes con este trastorno de la conducta alimentaria tienen cambios en su estructura cerebral.
Aunque los factores biológicos de la anorexia se conocen bien, este estudio dado a conocer en la revista Biological Psychiatry es el más claro en el que se muestra la relación entre los cambios estructurales del cerebro y los trastornos alimentarios. Para ello se analizaron más de 2.000 escáneres cerebrales de personas con anorexia, de pacientes en recuperación y escáneres de personas sin este trastorno.
Los resultados mostraron que los pacientes con anorexia tenían reducido considerablemente tres valores del cerebro: el grosor cortical, los volúmenes subcorticales y el área de la superficie cortical. Todo esto implica la reducción del tamaño del órgano más importante, pues estos cambios provocan la pérdida de células y de conexiones cerebrales entre ellas.
Un problema cerebral que se puede revertir
Concretamente, los investigadores del estudio encontraron que la pérdida en el tamaño y los cambios la forma del cerebro de las personas con anorexia era entre dos y cuatro veces más altas que en los pacientes con depresión, trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
Los cambios cerebrales en personas que estaban recuperándose eran menos notorios, por lo que el cerebro podría tener la capacidad de regenerarse
En las personas que se encontraban en terapia y recuperación de la anorexia nerviosa, los cambios de la estructura cerebral eran menos severos, por lo que esto podría indicar que la situación puede revertirse y el cerebro puede repararse con un tratamiento y apoyo temprano y adecuado.
Con información de Web Consultas