No siempre se le da la importancia que realmente tiene a la dieta, y muchas veces se valora más un medicamento que una pauta dietética, tal vez por comodidad o por el influjo del marketing. Sin embargo, un estudio realizado por el Centro Charles Perkins de la Universidad de Sydney (Australia) ha descubierto que lo que comemos tiene mucho más impacto en la mejora de la salud y el envejecimiento que lo que pueden conseguir los fármacos.
Concretamente, los hallazgos publicados en la revista Cell Metabolism, indicaron que la composición de la dieta es más poderosa contra el envejecimiento y en la protección de la salud metabólica que tres de los medicamentos más usados para tratar o prevenir accidentes cerebrovasculares, diabetes o enfermedades cardiacas.
La investigación se ha realizado en ratones que fueron sometidos a 40 tratamientos diferentes, con niveles variables de grasas, proteínas, carbohidratos, calorías y contenido de fármacos. Lo que buscaba el estudio era analizar el impacto de tres medicamentos antienvejecimiento en el hígado, un órgano muy importante en la regulación metabólica.
“Descubrimos que la composición de la dieta tenía un efecto mucho más poderoso que los fármacos, lo que en gran medida disminuyó las respuestas a la dieta en lugar de reformarlas. Dado que los humanos comparten esencialmente las mismas vías de señalización de nutrientes que los ratones, la investigación sugiere que las personas obtendrían un mayor valor al cambiar su dieta para mejorar la salud metabólica en lugar de tomar los medicamentos que estudiamos”, ha explicado Stephen Simpson, autor principal de la investigación.
Lo que comemos está relacionado con cómo envejecemos
El estudio demuestra que lo que comemos está vinculado con cómo envejecemos. Así, observaron que la ingesta de calorías y el equilibrio de grasas, proteínas y carbohidratos (macronutrientes) interferían de manera intensa en el hígado. La toma de proteínas y calorías totales tuvo un efecto importante en las vías metabólicas, pero también en los procesos fundamentales que controlan el funcionamiento de las células.
Las proteínas que ingirieron los ratones tuvieron un efecto en la actividad de las mitocondrias, encargadas de crear energía dentro de las células. Esto genera un efecto descendente, pues la cantidad de proteína y energía dietética tomada influye en la precisión con la que las células traducen sus genes en las diferentes proteínas necesarias para ayudar a las células a funcionar correctamente y a producir nuevas células, dos procesos relacionados con el envejecimiento.
Por otro lado, los medicamentos solo amortiguaron la respuesta metabólica de las células en la dieta, en vez de remodelarla. Uno de los fármacos antienvejecimiento presentó un efecto más alto sobre los cambios en las células debidos a las grasas y los carbohidratos de la dieta, mientras que un medicamento contra el cáncer y otro usado para la diabetes bloquearon los efectos de las proteínas de la dieta en las mitocondrias generadoras de energía.
David Le Couteur, otro de los investigadores, ha recalcado que “este enfoque es la única forma en que podemos obtener una visión general de la interacción entre la dieta, nuestra salud y fisiología. Todos sabemos que lo que comemos influye en nuestra salud, pero este estudio mostró cómo los alimentos pueden influir drásticamente en muchos de los procesos que operan en nuestras células. Esto nos da una idea de cómo la dieta afecta la salud y el envejecimiento”.
Con información de WebConsultas