Ni más ni menos que una comida trampa, esto es lo que significan los cheat meals. Es una ingesta que se desvía del patrón establecido en la dieta y que permite la introducción de algunos alimentos restringidos, pero de forma controlada.
El inicio de las comidas trampa está relacionado con las dietas para perder grasa y para aumentar masa muscular. Por este motivo, al principio su ámbito quedaba reducido al gimnasio, donde se hicieron populares entre los adeptos al fitness.
Pero sus supuestas ventajas a la hora de sobrellevar un plan alimentario (relacionadas con la motivación o el metabolismo) podrían ser también beneficiosas para aquellas personas que siguen dietas de adelgazamiento.
Lejos de lo que pueda parecer, la idea detrás del cheat meal no es llenarse de comida basura en gran cantidad. Se trata de recompensar el esfuerzo hecho con la dieta, e introducir un día libre para comer los alimentos que están restringidos de forma planeada.
A parte del cheat meal, en algunos contextos se ha popularizado también la idea del cheat day. En este caso, se trata de un día entero con libertad de elección de alimentos.
Introducir comidas trampa de forma organizada se ha mostrado como una estrategia positiva para adelgazar. Se cree que esta ayuda a mejorar la capacidad de perder peso y la motivación para seguir la dieta durante más tiempo.
No obstante, es importante tener en cuenta que cada persona tiene un metabolismo y una composición corporal particular.
Por ende, no todo el mundo responde igual ante las dietas de adelgazamiento y tampoco ante la práctica de cheat meal. Así pues, estos beneficios podrían aparecer en menor o mayor medida según la persona.
En el momento que se empieza una dieta con restricción calórica y la comida «escasea», se desencadenan una serie de cambios hormonales. Estos están relacionados con la leptina y la grelina, que regulan la sensación de hambre y el metabolismo basal.
Como consecuencia, el organismo se vuelve «ahorrador» y deja de perder peso aunque la ingesta siga siendo reducida. Según los teóricos del cheat meal estos días con una ingesta mayor podrían romper estas circunstancias y salvar la adaptación metabólica. Sin embargo, por el momento los estudios científicos no lo han podido demostrar.
Un plan de alimentación para perder peso puede ser monótono, restrictivo en calorías y en variedad. Romper esto de vez en cuando con los días de ingesta libre aumenta las posibilidades de mantener la dieta durante mas tiempo.
Esto podría ser una de las claves del éxito de la pérdida de peso, ya que la evidencia científica indica que el apego al plan alimentario (el grado en que una persona es capaz de seguir con la dieta) es más relevante que el propio programa elegido.
Algunas personas dejan de acudir a comidas o encuentros con sus seres queridos al seguir dietas de adelgazamiento. En estos casos, hacer coincidir el cheat meal con un encuentro social puede ser una forma de recuperar estos actos alrededor de la comida.
Pese a los beneficios observados, la aplicación de las comidas trampa provoca algunas dudas sobre su idoneidad y la existencia de riesgos potenciales para la salud.
Uno de los primeros problemas de los cheat meals deriva del propio control de la persona. Si estos se convierten en ingestas desenfrenadas de comida con un alto aporte energético, se corre el riesgo de arruinar los logros obtenidos hasta el momento.
Además, se trata de un método que puede favorecer la ingesta de alimentos poco saludables, con una alta densidad energética y con un bajo o nulo aporte de nutrientes.
Someterse a períodos de restricción y atracones posteriores es un factor de riesgo para el desarrollo de un trastorno de la conducta alimentaria. Este método podría agravar problemas de relación con la comida, ya sean adicciones o incapacidad de regular los hábitos.
Algunos estudios muestran que las personas que usan la comida para olvidar preocupaciones y sentimientos negativos tienen mayor tendencia al desarrollo del trastorno por atracón al comer alimentos más palatables.
Asimismo, hay que considerar que no es positivo concebir las dietas como una época de sufrimiento que merecen la recompensa de un día sin control de vez en cuando.
La propia noción de «comida trampa» o «engaño» ya viene acompañada de una connotación negativa que se puede asociar con sentimientos de culpa y vergüenza.
No existe un modelo único o una pauta para llevar a cabo un cheat meal. Todo depende de las preferencias de cada persona, sus alimentos favoritos o la periodicidad con la que se pautan las comidas trampa. Aún así, es conveniente aplicar los siguientes trucos:
Saltarse la dieta un día a la semana o una vez de forma puntual no es una práctica negativa, ni tiene por qué estropear los resultados obtenidos. Pero si no se vigila la forma en que se hace, existe el peligro de fomentar prácticas dietéticas poco saludables.
Además, en aquellas personas que ya tienen problemas de relación con la comida podría abrir la puerta a trastornos alimentarios más graves. Una dieta en la que se padece hambre y se prohíben alimentos puede conducir a comidas excesivas puntuales, con el riesgo de provocar un trastorno por atracón.
En primer lugar, la mejor forma de perder peso es buscar ayuda profesional. Tanto médicos como nutricionistas pueden orientar hacia un programa de alimentación sano y variado. Asimismo, ayudarán a mejorar otros hábitos para tener un mejor estilo de vida.
Sea como sea, si se decide aplicar el método del cheat meal en la dieta de adelgazamiento, es necesario que este se aborde desde un punto de vista positivo y saludable, con medidas que respeten la salud física y mental.
800 Noticias