Las autoridades sanitarias de Australia advirtieron este martes de un «riesgo potencial» para personas con asma u otras enfermedades respiratorias por la expansión de un alga tóxica a lo largo de la costa sur del país que ha causado la muerte de miles de animales marinos de multitud de especies al asfixiarlos.
Con participación de investigadores y residentes, el Senado australiano celebró hoy su primera sesión pública para analizar el daño que genera esta marea roja a la vida humana y marina, después de que su proliferación haya provocado la muerte de más de 42.000 peces y animales marinos de unas 500 especies distintas.
El alga, de la especie «Karenia Mikimotoi», daña las branquias de los peces y absorbe el oxígeno del agua.
La semana pasada, el Ministerio de Salud de Australia del Sur (SA Health, en inglés) actualizó sus recomendaciones para las personas con asma, enfisema, bronquitis o enfermedades pulmonares crónicas, y las instó a llevar siempre su medicación de rescate, a cumplir con la preventiva y a revisar sus planes de manejo del asma.
Un grupo de científicos advirtió hoy que la magnitud real del daño ocasionado por la marea roja aún se desconoce, debido a que el monitoreo ambiental en Australia del Sur es «insuficiente y fragmentado» y existe una falta de datos precisos para conocer la dimensión de la crisis y planificar una respuesta efectiva.
El biólogo marino Stefan Andrews, cofundador de la Great Southern Reef Foundation, sostuvo que este episodio representa «la mortalidad marina más extensa registrada en Australia del Sur», al haber afectado «al menos a 500 especies», según detalló en declaraciones a la cadena pública australiana ABC.
A su juicio, la situación debe interpretarse como una advertencia de lo que el cambio climático significa para los arrecifes de la región.
La «Karenia Mikimotoi» fue detectada por primera vez en marzo en el país austral y ya se extiende por una superficie de 4.400 kilómetros cuadrados.
Gran parte del litoral de Australia Meridional, con una costa de más de 5.000 kilómetros de longitud, se ha visto afectada por este fenómeno, incluidos lugares turísticos y parajes protegidos como la Isla Canguro, la península Yorke y la península Fleurieu, según la última actualización de la autoridad regional.
EFE