La colitis es un trastorno por el cual las personas pasan de tener heces normales a heces sueltas o acuosas. En algunos casos, la colitis suele ser leve y desaparece al cabo del poco tiempo. Sin embargo, en otros es aguda y dura unos cuantos días.
Esta patología suele hacer que las personas se sientan débiles, ya que pierden demasiado líquido y, como consecuencia, se sienten deshidratadas. También puede conllevar la pérdida de peso por defecar demasiado.
Se trata de un trastorno común, que casi todas las personas han experimentado alguna vez. En ocasiones, tener colitis puede ser un síntoma de padecer alguna otra enfermedad, como puede ser colon irritable o gastroenteritis viral.
Asimismo, algunos medicamentos, como son los antibióticos y algunos tratamientos para el cáncer, pueden provocar colitis.
Recomendaciones para tratar la colitis
Desde la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) aseguran que, cuando una persona padece colitis, debe “priorizar la reposición de líquidos y electrolitos, para evitar la deshidratación”.
Así, una de las principales consecuencias de tener colitis es la deshidratación, por lo que hay que rehidratarse mediante “soluciones que contengan glucosa y ciertos electrolitos en cantidades adecuadas y preferentemente por vía oral”.
Por otro lado, durante la colitis se debe “permitir que el intestino repose, enlenteciendo el tránsito y reduciendo el volumen fecal”.
Por ello, es importante realizar una dieta astringente, restringiendo algunos alimentos y realizando poco a poco “una progresión dietética adecuada hacia una alimentación normal”, exponen.
Desde la FEAD aseguran que “no existe ninguna evidencia científica que avale el beneficio de la dieta absoluta”, ya que “puede empeorar el estado nutricional y aumentar la gravedad de la colitis”.
En definitiva, se debe priorizar una dieta baja en fibra insoluble, baja en grasa, exenta en lactosa y sin alimentos irritantes y flatulentos. Es aconsejable realizar cocinados sencillos, como puede ser hervido, a la plancha y al vapor, y evitar los fritos, rebozados, empanados y guisos.
Por otro lado, también se deben evitar las comidas abundantes, por lo que es aconsejable comer poco y varias veces al día, haciendo un total de seis tomas diarias. Los expertos también recomiendan comer despacio y en un ambiente tranquilo, masticar bien y reposar sentado media hora después de cada comida.
En cuanto a líquidos, es aconsejable beber dos litros o más diarios, aunque siempre en pequeñas cantidades.
Este tipo de dieta astringente se debe mantener hasta la normalización de las deposiciones, tanto en frecuencia como en consistencia. Posteriormente, los alimentos restringidos “deben ser reintroducidos poco a poco hasta lograr que el paciente alcance una dieta normal”.
¿Qué alimentos debemos comer cuando tenemos colitis?
Desde Medline Plus explican que, cuando una persona tiene colitis puede comer carne de vacuno, de cerdo, de pollo, pavo o pescado, aunque siempre horneado o a la plancha.
En cuanto a los lácteos, se debe tomar leche, queso o yogur desnatados, pero, si la colitis es muy intensa, lo mejor es evitar comer o beber lácteos durante unos días.
Respecto a la harina, productos como el pan deben ser hechos de harina blanca y refinada, por lo que no hay que comer pan integral. La pasta, el arroz blanco y los cereales también pueden consumirse y, de hecho, el arroz blanco es una de las comidas más recomendadas.
Una persona con colitis también puede comer verduras como zanahorias, habichuelas, champiñones, remolachas, espárragos, calabaza y calabacín, siempre hervidos o al vapor.
También se pueden comer papas cocidas y, como postre, hay que priorizar la gelatina de fruta.
En cambio, se deben evitar algunos tipos específicos de alimentos como alimentos fritos y alimentos grasosos y las frutas y verduras que puedan causar gases, como brócoli, pimientos, guisantes, ciruelas y garbanzos. Por último, hay que evitar la cafeína, el alcohol y las bebidas carbonatadas.
Noticiero Venevisión / Mundo Deportivo - Vidae