La propuesta del Ministerio Educación sobre la regulación y orientación de las tareas escolares responde a una preocupación nacional sobre la sobrecarga de trabajo asignado a los estudiantes, según Fausto Romeo Montes, director general de Consenso Educativo.
En una Entrevista Venevision, Romeo Montes destacó que su organización ha participado activamente en las mesas de trabajo convocadas por el Ministerio para alcanzar un consenso que busque regular, y no eliminar, las actividades extracurriculares.
Diagnóstico: sobrecarga y exceso de Tiempo
Un estudio no científico, pero coincidente con las apreciaciones del sector, reveló una dedicación excesiva de tiempo a las tareas:
Primaria (3° y 4° grado): Un 67% de los estudiantes dedicaban más de dos horas diarias a las tareas, cuando lo recomendado son solo 20 a 40 minutos.
Bachillerato: Los jóvenes llegan a dedicar entre tres y cuatro horas.
Este exceso, según Romeo Montes, contraviene el desarrollo integral del estudiante, limitando sus horas para actividades deportivas, culturales y de ocio, todas necesarias para el desarrollo juvenil.
"Lo que se requiere que él tenga una preparación para continuar sus estudios (...) no obligarlo (a sacar 20 puntos), basta que tenga la comprensión de aquella manera materia."
Regulación necesaria, especialmente en Bachillerato
El director de Consenso Educativo explicó que la sobrecarga se agrava en bachillerato, donde múltiples profesores asignan tareas sin coordinación. Es fundamental que exista una coordinación directiva (coordinador o subdirector) que regule el tiempo total que el estudiante debe dedicar a las tareas.
Romeo Montes también vinculó la problemática a la época post-COVID, señalando que la exigencia ha llegado al punto de generar un mercado informal donde se cobra por hacer tareas, lo que fomenta la competencia desleal y no el aprendizaje.
El deber ser de las tareas
La tarea debe cumplir una función simple y esencial:
Reforzamiento: Servir de práctica para afianzar la pedagogía y el aprendizaje que el profesor imparte en el aula.
Simplicidad: Deben ser lo más prácticas y sencillas posible, evitando la creación de trabajos "majestuosos" o maquetas costosas que desvirtúan el proceso educativo y generan competencia entre estudiantes.
Evaluación: Los padres deben permitir que los niños cometan errores, ya que es el maestro quien debe corregir y detectar las deficiencias para superarlas.
Experiencias internacionales y consenso nacional
La iniciativa venezolana se suma a una tendencia mundial, analizando experiencias de países como Colombia, Ecuador, Brasil, Finlandia, Noruega, España y Francia. En países como Francia, aunque no están eliminadas, están muy reducidas y controladas, limitando el tiempo fuera del aula.
El proceso de consulta nacional realizado por el Ministerio de Educación, que contó con la participación de cerca de 70.000 personas y 79 universidades, arrojó un consenso: aunque un 45-46% de los encuestados estaba a favor de su eliminación, una proporción similar no lo estaba.
El consenso final es mantener las tareas, pero ajustarlas para que realmente sirvan al aprendizaje. Aunque no hay una normativa internacional rígida, la recomendación general es:
Niños pequeños (hasta 4to grado): No más de 30 a 40 minutos (basado en la regla de 10 minutos por año de edad).
Bachillerato: Máximo dos horas en total.
La resolución o decreto que surja de esta consulta deberá estar firmemente encaminado a garantizar el aprendizaje sin sacrificar el desarrollo integral de los estudiantes.
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