El volcán de la isla canaria de La Palma (Atlántico) mantiene su incesante actividad desde que surgió en la zona de Cumbre Vieja hace cuarenta días y, aunque presenta un perfil de estabilidad en sus parámetros de sismicidad y emisiones, nada apunta a que esté próximo el fin de la erupción.
Esta, iniciada el 19 de septiembre, «no da señales de cambio» por ahora, según la responsable de la red de Vigilancia Volcánica del Instituto Geográfico Nacional (IGN) de España, Carmen López, que no ve signo alguno que apunte hacia el agotamiento del volcán.
La sismicidad sigue siendo intensa, con bastantes sismos sentidos y sobre todo a profundidades de más de 20 kilómetros, y otros a entre 10 y 15 kilómetros.
Lo que está claro tras cuarenta días es que este de la Cumbre Vieja es el volcán más devastador de cuantos han surgido en los últimos cinco siglos en La Palma por la superficie que ha cubierto, más de 900 hectáreas. Se estima que ha emitido entre 50 y 100 millones de metros cúbicos de piroclastos y lava.
EFE