Un terremoto de magnitud 5, según un avance preliminar, fue sentido este sábado en buena parte de Puerto Rico, donde desde el pasado 28 de diciembre se viene registrando una gran actividad sísmica que tuvo su momento álgido el pasado 7 de enero con un temblor de 6,4 que provocó un muertos y graves daños.
La Red Sísmica de Puerto Rico informó que no hay aviso, advertencia o vigilancia de tsunami para Puerto Rico e Islas Vírgenes a causa de este último temblor.
La agencia puertorriqueña determinó que el sismo fue de magnitud 5, aunque el Servicio Geológico de Estados Unidos estimó que alcanzó 5,3, ambos datos preliminares.
El temblor se registró a las 16:20 hora local (20:20 GMT) en un punto situado entre la latitud 17,978 y longitud -66.787 a 9 Kilómetros de profundidad.
El sismo se localizó a 8,6 kilómetros al sur de Guayanilla, municipio de la costa suroeste de Puerto Rico, donde se vienen registrando prácticamente todos los terremotos relevantes desde el pasado 28 de diciembre, cuando la actividad sísmica tomó auge.
Los terremotos de las últimas semanas han provocado que todavía cerca de 2.000 personas permanezcan refugiadas en cinco campamentos base repartidos por el suroeste de Puerto Rico.
Las últimas lluvias ocasionaron inundaciones en dos de los campamentos, por lo que la Guardia Nacional trabaja en acondicionar un nuevo lugar para los damnificados que todavía no han vuelto a sus casas.
La que algunos colectivos denuncian mala gestión de la ayuda prestada a los damnificados provocó que se convocara una manifestación el pasado jueves que terminó con incidentes.
La Policía puertorriqueña lanzó gases lacrimógenos para dispersar a las personas que se manifestaban en San Juan para pedir la dimisión de la gobernadora, Wanda Vázquez, por la atención a los damnificados de los terremotos, tras conocerse que no se repartieron víveres disponibles en las áreas afectadas.
Los enfrentamientos se produjeron horas después del fin de la manifestación, cuando parecía que no se iban a registrar incidentes.
Información de EFE