Rusia exigió hoy al Gobierno alemán pruebas «concretas» y «sólidas» de que, efectivamente, el líder opositor ruso, Alexéi Navalni, fue envenenado con el agente tóxico Novichok.
«La declaración del Gobierno alemán sobre el posible envenenamiento de Navalni debe ir obligatoriamente acompañada de pruebas concretas y sólidas», dijo Leonid Slutski, jefe del comité de Asuntos Internacionales de la Duma o cámara de diputados rusa, a la agencia Interfax.
Recordó que Berlín aún no ha respondido a la petición que le remitió la Fiscalía rusa y que «especialistas rusos no encontraron rastros de veneno o de envenenamiento intencionado en su (de Navalni) organismo».
«En primer lugar, Rusia está interesada en establecer las auténticas causas de lo ocurrido y más de una vez demostró su disposición a la cooperación», apuntó.
Otros políticos sugirieron que las denuncias de Berlín podrían ser una provocación occidental destinada a denigrar al Kremlin.
Mientras, científicos que participaron en el desarrollo de Novichok durante la Unión Soviética descartaron que Navalni pudiera haber sido envenenado con ese agente tóxico, ya que, aducen, en dicho caso ya habría muerto.
El portavoz del Gobierno alemán, Stefen Seibert, aseguró hoy que Navalni fue envenenado con una sustancia usada en la producción de armas químicas y que pertenece al grupo del agente tóxico Novichok, el mismo con el que fue envenenado en 2018 en el Reino Unido el antiguo agente ruso Serguéi Skripal, quien no llegó a morir.
Las conclusiones se basan en los exámenes toxicológicos del hospital universitario de La Charité en Berlín, donde se encuentra ingresado el opositor.
Navalni, de 44 años, fue trasladado en coma y en un avión medicalizado a Berlín desde un hospital en la ciudad siberiana de Omsk después de que sufriera el 20 de agosto un colapso cuando viajaba en avión.
EFE