La ciudad de Nueva York prevé entrar el próximo lunes en una fase avanzada de reapertura en la que se permitirá rodar cine o ir al jardín botánico pero no acceder al interior de centros comerciales o restaurantes, por lo que las autoridades anunciaron este viernes que amplían hasta finales de octubre la posibilidad de servir comida en terrazas en la calle.
Bill de Blasio, el alcalde de la Gran Manzana, punto más golpeado por la pandemia de COVID-19 en EE.UU., explicó que la gran urbe acometerá una fase 4 con modificaciones respecto al resto de regiones, «centrada en los exteriores» y que implicará principalmente el regreso de actividades de «artes y entretenimiento con bajo riesgo» de contagio.
En ese plan se incluye la vuelta de establecimientos de ocio como jardines botánicos y zoos con capacidad limitada al 33 %; la producción de cine y televisión, o los deportes profesionales como el béisbol, aunque sin público.
«Los exteriores están bien, pero nos siguen preocupando los interiores», agregó el alcalde, quien señaló que de momento los museos y los centros comerciales seguirán cerrados y en el caso de los restaurantes se apostará por el servicio en terraza por el «alto riesgo» que suponen y que se está viendo en todo el país con récords de casos.
En ese sentido, De Blasio anunció este viernes que dará dos meses más de permiso a los restaurantes para que operen terrazas en la calle, ocupando aceras y plazas para vehículos, y además ampliará su iniciativa de cerrar vías al tráfico y hacerlas peatonales, lo que puede dar más espacio a establecimientos que no se habían apuntado al programa.
En una nota, la Alianza de Hostelería de NYC dijo que el servicio en terrazas para restaurantes y bares «es la única luz en una perspectiva sombría para los negocios de los barrios y sus miles de trabajadores», por lo que aplaudieron este paso que «transforma calles y aparcamientos en oasis» de la restauración.
El gobernador del estado, Andrew Cuomo, llamó a la prudencia en esta iniciativa y anunció nuevas restricciones para los restaurantes y bares, que solo podrán vender alcohol si va acompañado de un pedido de comida y deberán hacer cumplir las medidas de contención del coronavirus.
El estado avisó de que si los establecimientos no hacen cumplir la distancia social y la protección de la cara con mascarillas, pueden enfrentarse a la pérdida de la licencia para vender alcohol o incluso ser suspendidos, en caso de que reciban tres citaciones de las autoridades.
EFE