El Ejército de Nepal recogió once toneladas de basura y recuperó cuatro cadáveres durante una campaña para limpiar el Everest y otras dos cumbres del país, que se extendió por casi dos meses y llegó este miércoles a su fin con motivo del Día Mundial del Medioambiente.
Los militares se propusieron en su comienzo recolectar diez toneladas de desechos sólidos del Everest (8.848 metros), del Lhotse (8,516 metros) y el Nuptse (7.861 metros), junto a los cuerpos sin vida de cinco personas que fallecieron en el Everest.
Un objetivo que dieron hoy por cumplido, 56 días después de que comenzara la campaña, tras haber recolectado 11 toneladas de desechos de las tres cumbres y haber recuperado cuatro cadáveres y un esqueleto humano, informó el Ejército.
«Del total de basura que recogimos, 2,22 toneladas eran biodegradables y 8,77 toneladas eran residuos no biodegradables», dijo a EFE el general de brigada Sanjaya Deuja, director de la campaña.
Se trata de la quinta edición de esta campaña de recogida de desechos que protagoniza el Ejército nepalí, y que según Deuja, continuará en los años venideros.
«Desempeñará un papel importante a la hora de minimizar el impacto de la contaminación ambiental y proteger nuestras valiosas montañas”, agregó el militar, antes de pedir el apoyo del sector privado para las futuras ediciones.
Hasta ahora, solo el Ejército y algunas organizaciones no gubernamentales colaboran en la campaña.
Desde sus inicios en 2019, se han recogido de las montañas 19 toneladas de basura, 14 cadáveres humanos y algunos esqueletos humanos, indicó el Ejército en un comunicado.
Nepal cuenta con ocho de los 14 picos más altos del mundo, todos ellos con una elevación superior a los 8.000 metros, y el montañismo es una fuente importante de ingresos para el país.
La otra cara de la moneda es que las en torno a 1.500 personas que cada año suben al Everest, si se suman los guías de montaña y los porteadores, dejan detrás toneladas de residuos como bombonas vacías de oxígeno o restos de comida, así como excrementos.
Además de los desechos, también está la cuestión de los cerca de 300 montañeros que han perdido la vida en el Everest desde que Edmund Hillary y Tenzing Norgay lograron coronar su cima en 1953.
Seis montañistas murieron en el Everest y otros tres desaparecieron y se les da por fallecidos durante la temporada de escalada de primavera que concluyó el pasado jueves.
Según fuentes oficiales, retirar cadáveres del Everest es un proceso peligroso debido a los riesgos inherentes a la alta montaña, pero también caro: cuesta entre 20.000 y 200.000 dólares.
EFE