Tras dos años de celebraciones limitadas por las restricciones de la pandemia, la comunidad cristiana de Tierra Santa celebra hoy un Sábado de Gloria junto a peregrinos llegados de todo el mundo y en un clima de tranquilidad tras los incidentes de ayer entre palestinos y las fuerzas de seguridad israelíes.
Las celebraciones de hoy comenzaron con la vigilia pascual en la basílica del Santo Sepulcro, ubicada en la Ciudad Vieja, en el Este ocupado de Jerusalén.
Allí, centenares de fieles católicos rezaron para conmemorar las horas posteriores a la crucifixión de Cristo y un día antes de que se recuerde su resurrección, según la tradición crisitiana.
La vigilia duró más de tres horas y estuvo presidida por el patriarca latino de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa.
Esta ceremonia se celebra el sábado por la mañana en la Ciudad Santa, a diferencia del resto del mundo que la conmemora en la madrugada del domingo. Esto se debe al concilio Vaticano II que, por motivos vinculados al status quo, regula la vida de las comunidades cristianas del Santo Sepulcro.
Las celebraciones de este Sábado Santo continuarán por la tarde, también en esta basílica en la que la tradición sitúa la sepultura de Jesucristo. Allí se lleva a cabo un rito que consiste en rodear tres veces la tumba y que es también encabezado por el patriarca latino de Jerusalén, antes de otro rezo ante el Edículo.
EFE.