La grave crisis política y económica que azota el Líbano ha avivado la inestabilidad en la frontera con Israel, que teme que la situación aboque a otra guerra con la milicia chií Hizbulá que controla esa zona, donde también están ganando fuerza facciones palestinas armadas.
«Hizbulá continúa afianzándose aquí en la frontera y acumulando fuerzas, principalmente con la unidad Radwan, su fuerza de élite, que se está preparando para infiltrarse en Israel con el objetivo de matar a civiles«, afirmó a Efe el portavoz del Ejército israelí, el teniente coronel Amnon Shefler, desde las Granjas de Sheba, un área históricamente disputada por Líbano y Siria en los Altos de Golán, ocupados por Israel en 1967 y anexionados en 1981.
«Están construyendo un arsenal masivo de cohetes. Hizbulá cuenta con 140.000 cohetes dirigidos hacia poblaciones civiles de Israel«, señaló Shefler, cuando en la última guerra que libraron en 2006, que se prolongó durante un mes, la milicia tenía unos 10.000 cohetes.
Era la primera vez que Hizbulá lanzaba una ofensiva de esa magnitud desde la guerra de 2006, que respondía al bombardeo aéreo la víspera de la aviación israelí en suelo libanés, el primero también en estos quince años.
Esos grupos lanzaron el pasado 4 de agosto tres cohetes y uno de ellos cayó a tan solo 200 metros de un centro comercial de la ciudad de Kiryat Shmona. «¿Qué hubiera pasado si hubiera impactado en el centro comercial, donde había cientos de civiles israelíes? Hubiéramos tenido que atacar, estaríamos a las puertas de una guerra», afirmó a Efe un oficial castrense.
«Son un viejo nuevo fenómeno» resumió el oficial para referirse a estos grupos palestinos, que tienen presencia en Líbano desde la década de los años setenta, pero ahora «están levantado la cabeza» en lo que para Israel es una nueva amenaza cuya magnitud es pronto para valorar.
EFE