Al menos ocho personas perdieron la vida y tres más continúan desaparecidas en Filipinas tras el paso del tifón Noru, que ahora se dirige a Vietnam y Camboya con vientos de hasta 175 kilómetros por ahora y que deja pérdidas millonarias en la agricultura.
El Consejo de Emergencias nacional notificó este martes tres fallecimientos más en las provincias de Zambales (2) y Quezón (1), mientras tres pescadores continúan desaparecidos en Camarines Norte, cercano al lugar donde el tifón tocó tierra en la costa oriental de la isla Luzón.
Los tres decesos se suman a las cinco víctimas mortales que formaban parte de un equipo de rescate, cuyos cuerpos fueron arrastrados la madrugada del lunes por las aguas mientras trataban de evacuar a los vecinos de un barrio en la población de San Miguel de Bulacán, donde un río se desbordó.
La tormenta, que al tocar tierra fue categorizada como «supertifón» (la máxima alerta) por el servicio meteorológico filipino, con vientos de 250 kilómetros por hora antes de tocar tierra el domingo a las 20:20 (12:20 GMT), deja unos daños en la agricultura de unos 2.497 millones de euros (142.000 millones de pesos filipinos), según confirmaron a los medios fuentes del departamento de Agricultura.
El tifón se ha cebado particularmente con los cultivos de arroz en Luzón, en un momento especialmente delicado para el país, que sufre una alerta alimentaria por la escasez de ciertos productos y el aumento de precios en las materias primas a nivel global.
En las imágenes aéreas de la catástrofe se muestran vastos cultivos anegados, especialmente en áreas cercanas a ríos y arroyos, que se desbordaron por las intensas lluvias que el tifón descargó a su paso.
Cerca de 14.000 familias (unas 74.000 personas) fueron evacuadas el domingo por las autoridades en las provincias de Aurora, Nueva Écija, Bulacán, y varias ciudades del norte del área metropolitana de Manila. Muchos de ellos están volviendo a sus casas, según han confirmado fuentes de Defensa Civil a los medios.
Noru, que atravesó el domingo de este a oeste la isla de Luzón, al norte del país, se dirige ahora a las costas de Vietnam, y se ha intensificado ligeramente en el océano, si bien la Administración de Servicios Atmosféricos, Geofísicos y Astronómicos de Filipinas (PAGASA) mantiene el temporal en la categoría 4 de 5.
Los expertos explican que la alta velocidad con la que se movía el tifón (unos 20 kilómetros por hora, superior a lo habitual) y la cordillera Sierra Madre, que redujo la virulencia de la tormenta al atravesarla, atenuaron su impacto, cuyos efectos se esperaban más devastadores.
EFE