Pekín consideró que la ley de EEUU, que prevé sanciones a funcionarios chinos sospechosos de abusos contra los uigures y otras minorías musulmanas de la región china de Xinjiang, «interfiere gravemente» en los asuntos del país asiático y «pisotea flagrantemente el derecho internacional».
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores chino dijo que la ley, firmada este miércoles por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, «desacreditó deliberadamente la situación de los derechos humanos en Xinjiang» y «atacó maliciosamente» la política de Pekín en la región.
«El Gobierno y el pueblo chino expresan una fuerte indignación y una firme oposición a esto», afirmó el departamento de Exteriores que aseguró que «la cuestión relacionada con Xinjiang no es una cuestión de derechos humanos, etnia o religión en absoluto, sino una cuestión de antiterrorismo y antisecesión».
China dice que «la combinación de represión y prevención no solo cumple con las leyes chinas, sino también con la implementación de las iniciativas antiterroristas y de desterrorización de la comunidad internacional».
Asegura que sus actuaciones en Xinjiang han «frenado efectivamente el impulso de las actividades terroristas frecuentes y violentas, salvaguardado la unidad y la seguridad del país y garantizado los derechos básicos de las personas de todos los grupos étnicos» de esa región del extremo occidental de China.
EFE